¿Y después del circo, qué?

Usted está aquí

¿Y después del circo, qué?

Tuve la fortuna de encontrar mi vocación (personal y profesional) desde muy chica, exactamente en 5to de primaria. Mi maestra me invitó a competir por ser representante de mi grupo. Yo estaba muy contenta e hice mi tarea: imaginé cómo podía mejorar mi escuela y qué podíamos hacer juntas (estudié en una primaria de puras niñas) para cambiar lo que no nos gustaba. Emocionada llegó el día de “promoción” por parte de las 3 diferentes planillas que están buscando ser la sociedad de alumnas. Entonces, básicamente ese día de promoción tenía que ver con quién regalaba más dulces o calcomanías y qué tanto eran del agrado de mis otras compañeras. En otras palabras, pareciera que yo no había hecho bien mi tarea, jamás se me ocurrió llevar algo más allá de mis propuestas. Obviamente, el final ya lo saben, perdí, y nadie me dejó explicarles mis ideas para mejorar nuestra escuela.

Cualquiera diría que este suceso es de “niñas”, es normal que escojan sobre el tipo y la cantidad de dulces. La verdad, para mí fue un momento muy revelador en mi vida sobre las consecuencias que tenía en no informarnos y elegir a nuestros representantes.

Algunos años después, durante las elecciones del 2009, tuve la fortuna de encontrar amigos y colegas que compartían conmigo esa visión y nació Despierta, Cuestiona y Actúa como campaña de promoción del voto en las elecciones de Nuevo León. Nuestro primer evento se llamó así: ¿Y después del circo, qué? Haciendo referencia al periodo de campañas electorales y las acciones que debemos tener para ejercer nuestra ciudadanía en los meses y años subsecuentes. Si bien durante este primer ejercicio tuvimos muchísima participación en los debates con candidatos (en ese entonces no eran abiertos para jóvenes, solamente eran a puerta cerrada o solamente con militantes de partidos), tuvimos muy poca participación una vez que terminó el periodo electoral.

Hoy, a más de una década de distancia de ese momento, y tras varias elecciones haciendo ejercicios similares, sigo teniendo la misma pregunta: ¿Y después del circo, qué? Malamente como ciudadanas y ciudadanos creemos que una vez que cumplimos con nuestro derecho de ejercer el voto terminamos nuestro trabajo, y eso no es así. La verdad, apenas comienza. El trabajo real como #CiudadanosdeTiempoCompleto se encuentra en el proceso de rendición de cuentas. Tal cual como ocurrió en mi elección de representante de grupo en 5to de primaria, nadie se ocupa de preguntarle cómo hará lo que está diciendo que hará o peor aún, nadie se preocupa en saber si lo hizo o no.

Me permití utilizar este espacio para contarles mi historia y cómo a lo largo de 12 años las cosas tampoco han cambiado tanto. Les deseo el mejor de los éxitos a todos los candidatos y las candidatas que resultaron electas en este proceso. Ojalá hagan todo lo que dijeron que iban a hacer, nuestras colonias, nuestras ciudades, nuestro país lo pide a gritos.

Sin embargo, si no lo hacen, no será enteramente culpa de nuestros representantes. Será también culpa nuestra, como ciudadanos y ciudadanas, por no involucrarnos en el seguimiento. Vivimos en una democracia representativa. ¿Qué quiere decir esto? Le damos un cheque en blanco para que nuestros representantes (Gobernador, Alcalde, Diputados, Senadores) hagan lo que crean que es “mejor”, y no siempre actúan conforme a lo que nos conviene a todas y todos.

Yo estoy segura que tú y yo, sí, tú que estás leyendo esto, podemos hacer las cosas diferentes esta vez. Sobre todo con aquellos que llegarán en septiembre a la Cámara de Diputados. Si bien Morena no ganó la mayoría absoluta (251 votos) la tiene solamente sumando al Partido del Trabajo y al Verde (sus aliados naturales ya), esto le da el poder de cambiar leyes sin tener que consultar y/o convencer a las demás fuerzas políticas. ¿Te atreves a asumir el reto de ser #CiudadanodeTiempoCompleto?