Rihanna y el rapero Drake aparecen en un ambiente caldeado por el tabaco, el alcohol y el twerking. La sala, con luces bajas y humo, está repleta de provocadoras bailarinas que acompañan a la cantante de Barbados con su movimiento de trasero. Él lleva puesto un chándal blanco. Ella, un biquini rojo, verde y amarillo cubierto por una malla transparente. Así son los siete minutos y medio de Work, el nuevo videoclip de Rihanna que ha incendiado las redes sociales por sus imágenes provocativas. 

Tras una sensual primera parte, que acaba con la cantante de Umbrella encima de Drake, aparece un segundo ambiente en el que Rihanna —con una falda vaquera y un top de malla semitransparente y sin sujetador— canta en primer plano mientras el rapero la contempla sentado en un sofá.

A lo largo del vídeo, ambos bailan juntos, intercambian mensajes provocadores y sus miradas son tan apasionadas y cómplices que en Twitter se ha llegado a crear el hashtag Drihanna (Drake + Rihanna), que fue trending topic durante el día de ayer.

No es la primera vez que Rihanna da que hablar con sus videoclips. En julio del año pasado, volvió a desatar la polémica con el vídeo del single Bitch better have my money, en el que los protagonistas eran el dinero, el alcohol, las drogas, el sexo e incluso la tortura o los asesinatos.

Estas polémicas imágenes a veces parecen traspasar la ficción y llegar hasta su vida personal. También estuvo en boca de todos un vídeo subido por un usuario anónimo a Instagram, en el que la cantante parecía estar esnifando cocaína. Ella lo desmintió, alegando que solo estaba liándose un cigarrillo y el vídeo fue eliminado a las pocas horas. Aunque eso no impidió que todo Internet pudiera ver el enésimo escándalo de la de Barbados.

El pasado 29 de enero se puso a la venta en formato digital su álbum ANTI, que fue número 1 en iTunes en más de 40 países. La gira de presentación del disco comienza el 26 de febrero en Estados Unidos y le llevará a ciudades como Londres, Ámsterdam, Berlín, Milán y Viena.