1.- Generalmente no defiendo a Alejandra Guzmán. La famosa intérprete tiene un estilo muy peculiar que la hace meterse en algunas dificultades de las cuales luego batalla para salir. Pero muy su personalidad y, en todo caso, ella ni siquiera está pidiendo mi opinión ¿cierto? Sin embargo, durante la semana que recién termina, la hija de Silvia Pinal tuvo un enfrentamiento con un conductor de televisión peruano, justo en el momento en que hacía en un enlace en vivo para promocionar el concierto que ofrecerá en los próximos días en Perú. Y ¿sabe usted qué? Le doy la razón completa a Alejandra.

2.- Resulta que, el ahora famoso conductor de televisión peruano, Rodrigo González a quien en su lugar de origen conocen como “El Peluchín”, tiene un programa de televisión que se llama Amor, amor, amor y en esa producción hicieron el enlace en vivo con la Guzmán al que hago referencia más arriba. Al principio, todo transcurre de modo normal, una entrevista sin mucho fondo y mal documentada. Luego, en un momento dado de la conversación, el hombre hace referencia a un video recientemente publicado en el que aparecen Alejandra y su hija Frida Sofía, ambas en bikini y mostrando su anatomía por la parte posterior mientras se lanzan a una alberca tomadas de la mano.

3.- "No es muy normal o muy común que no se pueda elegir entre cuál de la hija o la madre (sic) esté más buena. ¡Que estén tan bien las dos!” dijo al aire, sin sonrojarse, Rodrigo González. De inmediato a Alejandra Guzmán se le congeló la sonrisa, hizo una pausa y sólo atinó a responder “Pues, no sé. Según lo quieras ver...pero yo veo a mi hija muy bonita…” Después de un rato de tratar de fingir normalidad, la Reina de Corazones no pudo aguantarse y le reclamó al comunicador diciendo: “Lo que dijiste, Rodrigo, al aire. Es una vulgaridad pero pues…¡que Dios te bendiga!...pero no te preocupes, comprendo. ¡Comprendo de dónde viene!

4.- Presa del pánico, el mentado “Peluchín” (y no, no es un payaso aunque su apodo afirme lo contrario) intentó componer la situación asegurando que no sabía de lo que ella hablaba y en un discurso atropellado trató de aclarar que había hecho los comentarios con todo respeto. Demasiado tarde. Alejandra, sin dejar de sonreír, pidió a los peruanos que no dejaran de asistir a su concierto, se quitó el audífono que la comunicaba con el programa, soltó el micrófono, se levantó de la entrevista y se retiró. “De verdad, de verdad que no entiendo la actitud de Alejandra Guzmán…” fue lo único que atinóa a decir González todavía muy asustado.

5.- ¿No entiendes la actitud de Alejandra Guzmán, conductorcito? Permíteme explicarte con calma para que puedas comprender. En términos generales a las personas no les agrada que se les compare con sus hijos en términos de atractivo sexual. En nuestra cultura, solamente aquellos que sufren de ciertos desórdenes emocionales muy oscuros y desagradables, son capaces de contemplar a sus padres o a sus hijos como objetos de deseo. ¡Hasta la mismísima Ninel Conde, con todo lo que la subestiman, estallaría en cólera si le preguntaran “¿Consideras que estás más buena que tu hija?” ¡Por piedad!

6.- Señores, esto no se trata de conservadurismo o represión. Es el sentido común lo que habría hecho al señor González hacer una mucho mejor entrevista a una figura de la talla de Alejandra Guzmán. Luego se ofenden y publican notas horribles cuando las celebridades responden iracundas ante cuestionamientos necios o vulgares. Yo no estoy en contra del giro “picante” o “atrevido” que se le puede dar a una entrevista. Es parte del mundo del entretenimiento. Pero nunca a costa de la familia directa del entrevistado. Una de las actividades que más disfruto dentro del periodísmo de espectáculos es justamente la entrevista. Y he tenido experiencias muy enriquecedoras en esa área.

7.- Alguna vez me tocó conversar con Mimí de Flans y ella, sin perder gracia ni estilo, hizo algunos comentarios sobre novios y relaciones mientras que yo la motivaba a seguir por esa línea. Pero llegar sin hacer tu tarea de investigación y tus preguntas bien estrucuradas y por escrito, ante alguien de gran trayectoria como Rocío Dúrcal, el cineasta Oliver Stone, la intensa Susana Alexander o la gran leyenda Alicia Alonso, por mencionar sólo algunos a quienes he tenido el privilegio de entrevistar, ¡es un error monumental e imperdonable! Hay por allí algunos “comunicadores” muy improvisados que están haciendo su trabajo al vapor. ¡Qué desagradables!
 
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