Volkswagen (VW) aceptó pagar una multa de 1,000 millones de euros (unos 1.180 millones de dólares) impuesta hoy por la Fiscalía de la ciudad alemana de Brunswick por el escándalo en torno a la manipulación de motores diésel.

"Volkswagen acepta la multa y con ello reconoce su responsabilidad", señaló el gigante del automotor alemán en un comunicado emitido desde su central de Wolfsburgo. Según la Fiscalía, el dinero deberá pagarse en un plazo de seis semanas al estado federado de Baja Sajonia, que alberga la sede de la compañía.

La sanción llega casi tres años después de que Volkswagen admitiese haber instalado un sistema de software en casi 11 millones de vehículos diésel que permitía manipular las pruebas de emisiones de gases contaminantes.

La compañía ya tuvo que pagar miles de millones en Estados Unidos por el escándalo, que dañó gravemente la imagen de la compañía y de los automóviles diésel. La Justicia estadounidense condenó además a dos ex trabajadores de VW a varios años de prisión y a multas elevadas.

Las investigaciones de la Fiscalía alemana determinaron que se produjeron "incumplimientos del deber de vigilancia", por los que ahora la compañía acepta pagar esta multa.

Según VW, la multa se divide en cinco millones correspondientes a la máxima sanción imponible por esta sanción y otros 995 millones por los beneficios económicos obtenidos.

La compañía mostró su esperanza en que el fin de este proceso en Alemania tenga efectos positivos en otros procedimientos iniciados en Europa contra Volkswagen AG y sus sociedades.

En Brunswick hay investigaciones en curso contra ex altos cargos y otros que todavía trabajan en la compañía por sospecha de fraude y manipulación. Los inversores también reclamaron indemnizaciones multimillonarias, ya que las acciones de VW se desplomaron a raíz del escándalo.