Juan Cortés Estrada ha vivido durante los últimos 14 años en la improvisada colonia Ampliación Héroes de Nacozari.

La casa donde vive Juan la empezó a formar cuarto por cuarto sobre un cerro en el que se amontonan las casas para ganar un poco más de terreno. No tienen energía eléctrica, pero “se cuelgan” de los cables de luz de la colonia de enfrente (Los Berros). El agua es lo único que los salva, porque tampoco tienen títulos de propiedad. 

En la casa de Juan viven sus cuatro hijos y su esposa. Él, como todas las familias que viven aquí, no cuenta con servicios primarios salvo el agua que sí les llega potable. 

“No tenemos un papel que diga que nosotros somos dueños de aquí, nosotros queremos que ya nos regularicen para que ya tengamos nuestros servicios como el pavimento porque cuando hay una persona enferma no hay cómo trasladarla a un hospital cerca. Además, los taxis no quieren entrar hasta acá porque todos se quedan hasta donde llega el pavimento”, se queja. 

Por eso él cree que Saltillo no es la mejor ciudad para vivir y lo atribuye a que hay muchas colonias con posesionarios que sobreviven al día con muchas carencias. En este rincón de Saltillo algunas viviendas “penden” de los cerros a expensas de que puedan caerse por un derrumbe o deslave. 

Algunas de las personas que viven en el sector se dedican a la fabricación de ladrillos, ven todos los días la humareda por la quema del barro que se coce a 700 grados bajo la leña. Algunas mujeres se dedican a la crianza de los hijos y a las labores domésticas, mientras los muchachos se van a trabajar igual que sus papás, porque la escuela ya no la ven como una opción para ganar dinero.  

“Cada campaña vienen los políticos a pedirnos el voto y nos prometen que nos van a arreglar aquí, pero después ganan y a todos se les olvida. Lo que hacemos es tratar de sobrevivir y trabajar para eso, porque nadie nos ayuda”, agrega decepcionado. 

Juan es “todólogo”. En las mañanas trabaja en un gimnasio como empleado de limpieza, en las tardes que regresa a su casa se pone a batir barro para dejarlo listo y convertirlo en ladrillos. Cuando tiene tiempo también le entra al trabajo de albañil o en la construcción también le sabe mover a “la bailarina”, una herramienta utilizada para la compactación. 

“Con lo que gano no me alcanza, por eso tengo que buscar muchos jales, tengo muchas bocas que alimentar, pero lo bueno es que le sé a todo, y si no, le aprendo”, enfatiza. 

Entérese

La economía de la colonia Héroes de Nacozari gira en torno a la fabricación de ladrilleros.

El sector se ubica al suroriente de la ciudad.

Los jóvenes en edad de estudiar, no asisten a la escuela, pues no hay recursos para costear su educación.

No hay draneja, pavimentación, transporte, electricidad... sólo agua potable.

Los taxis llegan únicamente hasta donde hay pavimento.