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Violencia no es poder

Poco a poco, las mujeres vamos ocupando espacios que parecían reservados para los varones: con dolor y valentía en el propio hogar, donde a veces y por diferentes razones se funge como padre y madre; con esfuerzo y méritos propios en los ámbitos social, académico y laboral.
Sin embargo, pareciera que lejos de avanzar en la tan anhelada igualdad de oportunidades, estamos retrocediendo en el goce de nuestros derechos fundamentales.

Los feminicidios en México constituyen la evidencia del grave peligro que representa la violencia extrema hacia las mujeres, cuyo origen en la gran mayoría de los casos se encuentra en el acoso y hostigamiento. Reconocer esa problemática de violencia exige enfrentarla desde los ámbitos del hogar, escolar y laboral.

Hace tres días, el Observatorio Ciudadano en contra de la Violencia de Género, Desaparición y Feminicidios en el Estado de México (MexFem) reportó que en esta entidad ocurrieron el año pasado 263 feminicidios.

A solicitud de la administración estatal, existe declaratoria de Alerta de Género en 11 municipios; se han dictado 88 sentencias mayores a 40 años de prisión a responsables por el delito de feminicidio, existe un marco legal sólido, albergues y una línea gratuita de atención para víctimas de violencia y sus familias, entre otros avances.

En la Secretaría de Educación del Estado de México se constituyó, desde noviembre de 2009, la Unidad para la Igualdad, misma que hasta la fecha ha instrumentado 587 servicios en 98 municipios, beneficiando a 33 mil 17 alumnos.

Avances importantes, sí, pero insuficientes. Reconociéndolo y a propuesta del mismo observatorio ciudadano, el gobernador Eruviel Ávila instruyó hace algunos meses implementar una asignatura en las escuelas para que la niñez y la juventud mexiquenses aprendan a convivir en armonía y bajo los principios básicos de respeto e igualdad entre hombres y mujeres.
En una de las muchas reuniones con especialistas que la Secretaría de Educación del Estado de México ha tenido para cumplir ese objetivo, Martha Alicia Tronco puso en nuestras manos el Modelo de prevención, atención y sanción para erradicar el acoso y hostigamiento en los ámbitos laboral y escolar de las instituciones educativas del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Creado desde la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género, este programa permanente consta de cuatro ejes: Compromiso Institucional, Proceso de Prevención, Proceso de Atención y Proceso de Sanción, cada uno con sus respectivas líneas estratégicas de acción.
Resulta urgente multiplicar prácticas novedosas y exitosas tendientes a propiciar una convivencia en igualdad de género, en un marco de respeto pleno, libre de violencia y no discriminación, pero no podemos dejarlo en acciones aisladas, se requieren procesos y políticas de gestión, pues la realidad es inocultable:

Datos del Inegi dados a conocer en noviembre del año pasado señalan que la violencia de pareja está más extendida entre las mujeres que se casaron o unieron antes de los 18 años (52.9 por ciento), a diferencia de quienes lo hicieron a los 25 años o más (43.4 por ciento) y que 63 de cada 100 mujeres de 15 años y más, ha experimentado al menos un acto de violencia emocional, física, sexual, económica o patrimonial, ya sea por la pareja, el esposo o novio, algún familiar, compañero de escuela o del trabajo, alguna autoridad escolar o laboral, o bien, por personas conocidas o extrañas.

Cualquier conducta de violencia hacia niñas y mujeres o hacia cualquier hombre, es inaceptable. En el Estado de México implementaremos la asignatura en diferentes niveles educativos y trabajamos para lograr que cada uno de nuestros niveles y subsistemas educativos consideren prioritaria la prevención de la violencia y cuenten con herramientas para salir de ese lacerante círculo que daña a nuestra sociedad y que lamentablemente, inicia muchas veces en los hogares.

@AnaLiliaHerrera