Violencia institucional a trabajadoras de la educación

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Violencia institucional a trabajadoras de la educación

Hoy es un día emblemático, ya que conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en Contra de las Mujeres, establecido por la Organización de las Naciones Unidas para combatir esta pandemia que está presente en todas las relaciones humanas y que muchas veces se manifiesta sutilmente, de manera casi invisible e insensible.

La violencia institucional se caracteriza por la omisión, el olvido, la impunidad por parte de los funcionarios públicos que por ley están obligados a atender, neutralizar, equilibrar y solucionar los conflictos que padecen las mujeres víctimas de discriminación institucional.

En Coahuila hay un amplio grupo de mujeres que no son indigentes, ellas, en general poseen un nivel alto de educación, maestrías y hasta doctorados, y sin embargo están siendo sometidas a la violencia institucional instrumentada desde el Gobierno estatal y desde su propio sindicato el que se supone está ahí para defenderlas, pero sólo se supone.

Estamos hablando de las profesoras afiliadas a laque en un tiempo fuera la gloriosa Sección 38 del Magisterio, ahora pisoteada por los que también fueron profesores e hijos del honorable maestro, él sí, Rubén Moreira Cobos. 

Se trata también de las maestras de la UAAAN y las de la UAdeC, que ahora padecen la falta de atención en su salud a causa del desabasto de medicamentos en la farmacia de la Clínica del Magisterio, muchas de ellas enfermas de padecimientos muy graves a causa de los cuales han fallecido. 

Y entre las que aún viven, están ancianas que entregaron su vida profesional a las pasadas y presentes generaciones de coahuilenses, incluyendo a muchos que ahora son funcionarios públicos. 

El gobernador Rubén Moreira Valdez, se ha propuesto colocar contra las cuerdas a los trabajadores de la educación de la Sección 38 y de las universidades públicas, mujeres y varones, a fin de obligarlos a que acepten que la iniciativa que presentó el 18 de septiembre pasado para que sea aprobada por el Congreso local, faltando de nuevo a su palabra, ya que en 2012 se había comprometido con el magisterio a consultar a los interesados en caso de presentar alguna iniciativa de reforma, compromiso que no cumplió.

Rubén Moreira, el que se presenta ante el mundo como el gran defensor de los derechos humanos, no tiene el menor pudor en reprimir y desempeñar el papel de verdugo de su propio gremio. En Coahuila ha sido el nuevo tirano, beneficiario de algunos ricos, azote para los pobres, como los del ejido Gabino Vásquez o los de la Noria de la Sabina.

El Congreso local le aprobó a Rubén Moreira la Ley de Protección y Trato Digno a los Animales para el Estado de Coahuila, pero poco o nada hace Rubén por la protección y trato médico digno para los trabajadores de la educación.

Muy pronto los diputados locales darán el albazo y aprobarán la iniciativa enviada por el señor Moreira y también faltarán a su palabra de atender las demandas de los trabajadores de la educación. Como ya se había señalado en este espacio, ellos obedecerán al jefe máximo, porque en Coahuila hay un solo poder, los otros dos están sometidos al Ejecutivo. 

Ayer, en el Congreso local, por iniciativa de la diputada Lilia Isabel Gutiérrez Burciaga, se realizó un pronunciamiento por la salvaguarda de los derechos de las mujeres y exhortó a sus colegas a encausar todos sus esfuerzos para prevenir, investigar y sancionar todas las expresiones de violencia contra las mujeres, ya sabemos que ésos son solo actos protocolarios carentes de contenido real, de lo contrario, la diputada Gutiérrez dirigiría su exhorto al señor Moreira en defensa de la maestras derechohabientes de la Clínica Magisterial.