Nominado al premio de la Academia por Mejor Documental en 2010, “Wasteland” es una crónica del proyecto artístico homónimo de Vik Muniz, realizado en el basurero de Jardim Gramacho. En el, Vik involucró a varios recolectores del lugar, exploró sus vidas, se volvieron amigos y los retrató usando la fuente de su empleo: la basura.

Este trabajo engloba los elementos típicos de la obra del artista nacido en Rio de Janeiro en 1961. La basura es utilizada como la materia prima de la obra, con ella se realizaron los trazos necesarios para representar a estos personajes del basurero, hombres y mujeres con historias de vida interesantes y desgarradoras.

Y debido a la naturaleza efímera de las piezas, es la fotografía la que se encarga de convertir la labor en pieza de arte perdurable, observable y, por supuesto, comerciable. 28 mil libras se llevó en subasta una de estas piezas, resultado de la colaboración entre Vik Muniz y los trabajadores de Jardim Gramacho. El dinero recabado por la colección en general fue usado para apoyarlos, llevando a algunos a abandonar ese empleo y buscar una mejora en sus vidas, marcando así un punto importante en la historia del artista, al haber no sólo creado arte, sino también ayudado a un grupo, pequeño tal vez, de personas.

Las piezas por lo tanto, aunque son pictóricas, se comercializan generalmente como fotografías. 

Muniz comenzó como escultor, pero al momento de archivar estas obras le tomó mayor interés a este otro arte, y comenzó a buscar hacer lo que ahora llama “delirios fotográficos”. 

En ellos, él muestra una imágen corriente a simple vista, pero a mayor cercanía tenga el espectador con el objeto, y mayor atención ponga al detalle, podrá observar que estas escenas están fabricadas en materiales no convencionales.

Ya hablamos de la basura usada para la serie “Pictures of garbage”, pero él también es famoso por usar chocolate, azúcar, arena, spaghetti y hasta organismos microscópicos. En este último caso, se dejó llevar por los patrones que ellos podían crear, influenciandolos para controlar la ímagen. Y su arte coquetea con el arte pop en ocasiones, retratando a Sigmund Freud con jarabe de chocolate o a Marilyn Monroe en una técnica especial de impresión.

Por supuesto, que para alguien cuya naturaleza radica en la exploración, reducirse a trabajar en un plano bidimensional y fotografiarlo es demasiada restricción. 
Recientemente su serie “Lampedusa” siguió jugando con los efectos visuales que ya bien sabe cómo crear, pero esta vez en un entorno tridimensional.

Colocando un barquito de papel, creado con un periódico que anuncia la muerte de migrantes en el barco “Lampedusa”, esta pieza que fue parte de la edición 56 de la bienal de Venecia, hace ver con un simple efecto de la toma a esta construcción de origami como un rival para las góndolas, lanchas y yates de la ciudad de los canales.

Ahora, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey se prepara para que este próximo marzo y hasta julio, una retrospectiva en la obra de Vik Muniz pueda ser apreciada por el público regiomontano (y el saltillense también) al que por primera vez llega. En ella se incluirán piezas clave en su producción artística, incluyendo piezas de las series “Pictures of garbage”, “Earthworks”, “Colonies” y “Postcards from nowhere”.