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Vida bohemia y turbulenta fueron la inspiración de Henry Miller
Como un hombre polémico y un autor trasgresor y controvertido, es como se recuerda a Henry Miller, uno de los más destacados escritores contemporáneos de Estados Unidos, a 36 años de su muerte, ocurrida el 7 de junio de 1980.
Henry V. Miller nació el 26 de diciembre de 1891 en Yorkville, Nueva York, hijo de padres alemanes pertenecientes a la clase media baja.
De acuerdo con sus datos biográficos, debido a la difícil situación económica, Miller tuvo varios trabajos desde temprana edad, incluido el de ayudante en la sastrería de su padre, con los que aprendió a “vivir en las calles”.
En la época de la Gran Depresión, Miller decidió abandonar su país y buscar en Europa una nueva residencia. En 1930 se estableció definitivamente en la efervescente París (Francia), donde encontró inspiración en la vida bohemia y turbulenta para comenzar a escribir.
La mayoría de sus textos son de carácter autobiográfico, desarrolló un estilo narrativo personal al contar sin reserva alguna la naturalidad de sus relaciones íntimas, sus conflictos personales y sus controversiales convicciones y creencias.
Miller se entregó a la literatura como camino personal irrenunciable, según describe el sitio “biografiasyvidas.com”.
Su primer libro “Trópico de Cáncer” apareció cuando cumplía 42 años y vivía en París, y básicamente era la crónica de sus vivencias como artista mujeriego y pobre.
La precuela, “Trópico de Capricornio” fue publicada en 1939 después del exitoso revuelo que produjeron los pasajes sexualmente explícitos y el lenguaje obsceno y hasta soez del primer material.
De acuerdo con el sitio “biography.com”, ambas novelas fueron censuradas en Estados Unidos por más de 30 años. De este periodo destacan otros trabajos como “Primavera negra” (1936) y los diarios de viaje “El Coloso de Marusi” (1941).
El portal “El poder de la palabra” apunta que la trilogía de “Trópicos” son consideradas como sus mejores novelas por la prosa fluida en la que funde obscenidad y espiritualismo, y salta con gran naturalidad del expresionismo más realista al divismo más simbólico.
Sin embargo, deben recordarse otros de sus trabajos como “Big Sur y las naranjas del Bosco” (1957), publicado al regresar a Estados Unidos, durante su estancia en la tranquila costa del pacífico de California.
Siempre crítico y disidente, contó en la trilogía “La Crucifixión de Rosy”, las calamidades de un joven escritor americano en la búsqueda del éxito en el mismo lenguaje autobiográfico, desordenado y metafórico, después caracterizado por la crítica como un tipo de novela autobiográfica de ficción.
Con un estilo irónico y desfachatado, Miller contribuyó a liberar el camino por el que la obscenidad y explicitud eran condenados por un puritanismo hipócrita, abriendo paso a una revolución sexual que influyó de sobremanera en nuevas generaciones de jóvenes escritores y artistas.
Hacia el final de su vida, se dedicó con gran intensidad a la pintura e incluso colaboró con Warren Beatty en el filme “Reds” (1981).
Henry Miller murió el 7 de junio de 1980, en Pacific Palisades, California.