Vicente Rojo: siete dibujos

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Vicente Rojo: siete dibujos

El 18 de marzo pasado el arte mexicano cerró para siempre una puerta: pintor, escultor, artista visual, pionero del diseño gráfico en nuestro país, Vicente Rojo nos dejó un legado vivo

1.- La Librería Madero, obra del sabio saltillense Enrique Fuentes Castilla -también recientemente fallecido- usaba regalar por las remotas navidades de los sesenta ediciones gratuitas a su clientela: todas ilustradas por el arte del gran diseñador español.

 

2.- El Colegio Nacional reeditó hace dos años “Jardín de niños”, el libro objeto con textos de José Emilio Pacheco, original de 1978; ambos se habían conocido al final del medio siglo, al colaborar en el suplemento cultural de la revista “Siempre”, dirigida por Fernando Benítez. De ahí empezaría una fructífera colaboración que culminaría con él  como autor de casi todas las portadas del poeta mexicano: “Escribo mis libros para tener una portada de Rojo”.

Spread para la revista Artes de México. 1958. / Foto: APC.

3.- El best seller del mexicano, portada icónica del español, había surgido así: primero, derivado de los textos titulados “Jardín de niños”, con que acompañara ilustraciones del autor catalán en alguna exposición. Luego de la primera edición en el Sábado, donde  Fernando Benítez la presentó como “un cuento”, Era la publicó en formato libro, que se convirtió en un éxito inmediato en el año de 1980. La ilustración de portada se volvió una insignia en sus múltiples reediciones de auténtico súper ventas: un gráfico en alto contraste a partir de una fotografía de la bella actriz de origen español Margarita Carmen Cansino, cuyo nombre artístico era Rita Hayworth: así era como el escritor mexicano había imaginado a Mariana.

 

4. Nacido en Barcelona e hijo de un miembro del Partido Socialista en 1932, Rojo llegó a México como miles de republicanos, expulsados después de la Guerra Civil. Instalado a los 17 años en la colonia Narvarte, su primer maestro fue Miguel Prieto, quien le compartió los rudimentos del diseño gráfico. Sin embargo, su aprendizaje mayor fue su trabajo en el suplemento de Benítez. Autor de las identidades de los periódicos La Jornada, Unomásuno y la Revista de la Universidad,  entre muchos más, el nombre de la editorial fundada por él está formada por las iniciales de cada uno de sus socios; los hermanos Espresate, Rojo y José Azorín: Editorial ERA fue el proyecto de otros  exiliados españoles como él.

5.- Pero su educación formal fue en la escuela de La Esmeralda; donde aprendió de maestros como José Chávez Morado, Raúl Anguiano y Diego Rivera. Sin embargo, quien dejaría una impronta mayor en su primera obra, sería el surrealista Agustín Lazo. Con estas incipientes pinturas conformaría su primera exposición formal, hacia finales de los 50.

 

6.- Los años sesenta situaron su apuesta estética como pintor junto a la de sus contemporáneos y amigos de la Generación de la Ruptura: Fernando García Ponce, Alberto Gironella y Manuel Felguérez; quienes, cada uno desde su estilo particular, re exploraron sus preocupaciones plásticas en nuevos abordajes a la geometría, la abstracción y el manejo de las texturas.

Juego tipográfico para la mítica primera edición de Cien Años de Soledad en Ed. Sudamericana. 1967. / Foto: Archivo.

7.- Padre visual de míticas colecciones visuales como la Serie El Volador, en la Editorial Joaquín Mortiz y de imprescindibles títulos en ERA, es poco conocido su trabajo de autoría en la portada a la primera edición de “Cien Años de Soledad”, en la Editorial Sudamericana.
De ella, el gran dibujante Luis Fernando ha echo un apunte igual de alumbrador:
“Para mí, la entrada al misterio y la magia de Cien años de Soledad siempre será esa "E" invertida.  Ahí empieza la novela, es la primera señal, inquietante, de lo que vendrá. Un golpe de genio, nada extraño en Vicente Rojo.”


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