Viaje sin retorno

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Viaje sin retorno

¿Qué razones impulsaron a exploradores como Marco Polo, Magallanes, Colón, Humboldt o Darwin a realizar sus viajes? A ellos debemos hallazgos de continentes, regiones y especies hasta entonces desconocidas. Todos ellos viajaron sin saber hacia donde iban y tampoco si regresarían. Los motivaba su deseo de descubrimiento y quizás a lo que se refería el escritor francés Michel de Montaigne cuando le preguntaban la razón de sus viajes y respondía: “Sé bien de qué huyo, pero ignoro lo que busco”.

Antes de su muerte, el astrofísico inglés Stephen Hawking promovió la idea de la exploración espacial asegurando que en la Europa de 1492, la idea de enviar a Colón a explorar nuevos territorios fue considerada una pérdida de tiempo, una misión inútil. Hawking, un genio de nuestra época, decía que si la raza humana va a continuar existiendo por otro millón de años, tendremos que ir a donde nadie ha ido jamás. Que esto “no resolverá ninguno de los problemas inmediatos en la tierra”, pero que los viajes espaciales son la oportunidad para tener una mejor perspectiva sobre estos problemas.

Quizás eso es lo que motiva a los futuros tripulantes de las anunciadas misiones espaciales como la “Mars One” a embarcarse en la más grande y ambiciosa aventura de la historia: Un viaje a Marte para establecer el primer asentamiento humano fuera de la Tierra. 

Hasta ahora, ninguna de las misiones no tripuladas enviadas al planeta rojo, han encontrado evidencias de vida, mucho menos inteligente, pero tampoco de que existieran las condiciones para poder sustentar la vida. Una gran decepción pues en la Tierra es escasa y existen muchos que aseguran que aún no existe.

Pero hace algunos años, la ciencia dio un vuelco a la historia cuando un vuelco cuando un equipo de investigadores encontró evidencias de la existencia de un cuerpo de agua líquida en Marte que fue hallado bajo una capa de hielo en una zona del polo sur de ese planeta. En ocasiones anteriores se habían conseguido rastros de fluido intermitente de agua sobre la superficie marciana, pero este es el primer signo de la existencia de un cuerpo de agua en ese planeta. Las tareas realizadas por el vehículo de exploración Curiosity, demostraron que en el pasado hubo, pero, el enfriamiento de ese planeta ocasionado por su fina atmósfera, dejó la mayor parte de este líquido convertido en hielo.

Así pues, en teoría, la misión, se llevará a finales de la próxima década y se han recibido solicitudes para elegir a los cosmonautas que realizaran el primer viaje. Investigaciones científicas de la NASA, que también planea enviar humanos a Marte en el futuro y por eso ha enviado a robots como el Rover Mars 2020 que nos ayudará a comprender el clima actual, los vientos, la radiación y el entorno de polvo, y demostrará tecnologías que ayudarán a los humanos una vez allí, aseguran que un viaje a Marte tomaría 220 días en un recorrido de 567 millones de kilómetros y que se deberá realizar en el momento justo en que el planeta rojo se encuentre en su punto más cercano al nuestro. 

Estaríamos ante la primera vez que los seres humanos estemos en dos planetas del sistema solar al mismo tiempo. 

Pero este “enorme salto para la humanidad” enfrenta graves peligros y un gran riesgo de fracaso. La escasa gravedad, la soledad cósmica y una mayor radiación solar, son algunos de ellos. Pero sus promotores aseguran que los elementos para crear un sistema de vida están ya en Marte: Agua congelada, oportunidad de producir oxígeno, presencia de nitrógeno, pero sobre todo la necesidad de dar ya el primer paso.

Pero hay una condición para los cosmonautas: La nave no regresará a la Tierra y los elegidos harán de Marte su nuevo hábitat. Ahí vivirán y morirán. Al principio se creía que esto sería un dilema. Y es que aceptar pasar el resto de tus días en un planeta desolado, por tener el honor de ser uno de los primeros seres humanos en colonizar el espacio se creía sería algo complicado, pero la respuesta ha sido la contraria: 200 mil personas aplicaron para realizar el viaje.

Este pudiera ser un gran incentivo para cambiar nuestra forma de ver y hacer las cosas, porque por primera vez, iremos a un lugar en donde no existe vida y no podremos destruir lo que no existe.