Monterrey, Nuevo León.- Los últimos días han sido una vorágine de sensaciones y sentimientos para Armando Gallegos, el padre de Rubicela Gallegos Castillo, una de las presuntas víctimas del descuartizador de Atizapán.

En entrevista con VANGUARDIA, el vecino de la colonia CROC en Monterrey relató que su petición de apoyo por parte de las autoridades tuvo eco y ahora se trasladarán a la Ciudad de México para iniciar  el proceso que esperan culmine con la recuperación de los restos de su hija.

Al momento, no se ha confirmado si Rubí es una de las víctimas más de Andrés “N”, sin  embargo su familia estará el lunes en la capital del país para tener más datos y poder confirmar o descartar lo que tanto temen, pero a la vez les daría algo de paz.

“Nos contactó la Agencia Estatal de Investigaciones de  Feminicidios de la Policía Ministerial que se va a encargar del caso y nos están apoyando. El lunes a las seis de la mañana nos transportamos a la Ciudad de México”, compartió.

Dijo que volarán tanto él como su esposa, María Luisa Castillo aunque no saben con qué podrán encontrarse. El caso dado a conocer apenas hace unos días es aterrador.

“El miércoles a las cinco de la tarde vamos a ir a identificar las cosas de mi hija a la Fiscalía y vamos a tener una audiencia, nos van a dar un espacio y ver en qué va a quedar”, amplió.

Indicó que las autoridades esperan que el presunto asesino les diga porqué tenía las pertenencias de Rubicela.

La joven madre de familia dejó en la orfandad a su pequeño, el cual quedó al cuidado de sus padres Don Armando y Doña María Luisa.

Ambos han sido muy cuidadosos de que el niño no se entere de los menores del caso y de que su madre podría ser una de las víctimas del feminicida serial.