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Viajan desde Viesca para apoyar a Meade
La espera para ver a José Antonio Meade duró casi dos horas. Hombres, mujeres, algunos niños y adultos mayores llegaron desde las 09:00 horas al auditorio improvisado en el estacionamiento del hotel DoubleTree, a la salida a Monterrey.
De él casi no se sabía nada. Que si venía retrasado el vuelo, que si tendría que llegar de Monterrey, que si se habría de extender el encuentro… aun así Minerva Rodríguez Adriano, junto a otras 8 mujeres más, salió desde Viesca a las 05:00 horas para recibir al abanderado priísta. Desde hace 30 años que esta mujer atiende un pequeño negocio de desayunos en Viesca, por lo que quiere pedirle su apoyo para emprender un negocio más grande.
Minerva viste un traje típico con el que bailan la Danza de los Caballitos, la cual representa la batalla entre cristianos y moros que invadieron España, y que a partir del siglo 12 se enfrentaron en una guerra de reconquista que generó un folclor al que pertenece esta danza.
A esta hora (10:30 horas) junto a Minerva también vigilan la entrada la senadora priista por Nuevo León, Ivonne Álvarez y la ex primera dama de Coahuila y diputada federal, Carolina Viggiano, quien pasó inadvertida.
Ivonne revisó su celular y pronto se movilizó a formar una valla humana con personas “estratégicamente elegidas” para recibir al candidato presidencial. Unas mujeres cargaban canastas con dulces típicos, otras con botellas de vino, y entre la multitud también estaba un grupo de niños matachines que quería acercarse para pedirle apoyo para la compra de un camión de transporte.
A las 10:40 horas llegó José Antonio Meade en una camioneta acompañado de Juana Cuevas, y aquella valla humana pronto se deshizo porque las mujeres, los fotógrafos y el equipo de seguridad del candidato se amontonaron. Todos se olvidaron de los niños que quedaron atrapados en medio de la euforia tricolor.
Pasaron unos minutos y una persona logró sacar cuidadosamente a los menores de aquel tumulto de simpatizantes. Los niños solo miraban aturdidos a aquellos que buscaban tomarse la fotografía del recuerdo.
En las gradas los organizadores colocaron rejas con manzanas verdes para los asistentes. Esta vez Meade habló menos que en otros encuentros que ha tenido con coahuilenses, y el formato también fue distinto, pues diversas mujeres con “problemas comunes” contaron frente al público los casos a los que se enfrentan y que, curiosamente, coinciden con las propuestas de campaña, como: instalación de guarderías de tiempo completo y créditos a la palabra para negocio propio.
CERTIFICADO DE COMPROMISO
Mientras el público gritaba “¡Ánimo!”, en una carpa colocada a un costado de donde se realizaba el evento, un hombre aplicaba una “encuesta de necesidades” que contenía un certificado del compromiso entre el candidato y el votante.
La encuesta planteaba temas como: mujeres, jóvenes, adultos mayores, vivienda, economía familiar, personas con discapacidad y sector agropecuario. También, contenía una tarjeta con un código de barras que coincidía con la encuesta y se llenaba con los datos personales (nombre, edad, dirección, teléfono, y correo electrónico del encuestado).
“Nosotros nos vamos a comunicar contigo en un lapso de dos a tres días, para ver cuáles son tus principales necesidades”, decía un hombre que apoyaba en la carpa.
El encuentro entre mujeres trabajadoras y el candidato de la coalición “Todos por México” duró menos de 50 minutos.
Por la tarde, José Antonio Meade se reunió con miles de simpatizantes en la Plaza de las Ciudades Hermanas, donde aseguró que de ganar las elecciones, trabajará para que ningún niño de Coahuila conozca la pobreza.