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Veto de Trump sería una catástrofe deportiva
Luego de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, impusiera un veto donde se niega la entrada a visitantes de siete países musulmanes al país vecino del norte, el mundo del deporte norteamericano quedaría afectado por la decisión del mandatario.
En peligro estaría la posibilidad de que Los Ángeles gane la sede de los Juegos Olímpicos de 2024 y de que también pueda albergar la Copa del Mundo de la FIFA en 2026, según un reportaje del New York Times.
Si la decisión de Trump afectara a su país en materia deportiva, indirectamente también México y Canadá serían arrastrados debido a que Concacaf tiene la intención que los tres países busquen una sede en conjunto para realizar el Mundial de Futbol, acción que es bien vista por FIFA.
La orden ejecutiva firmada por Trump prohíbe la entrada a ciudadanos de siete países: Irán, Irak, Siria, Sudán, Libia, Yemen y Somalia. Ese veto afecta ya a directamente al deporte, como sucede con el equipo de lucha grecorromana de EE.UU. que tiene agendado ir al Mundial de la especialidad el 8 de febrero en Irán. Debido a la decisión, podrían no obtener visas para acudir al evento.
Funcionarios del deporte trataban de entender las implicaciones de la orden, señaló el NYT, incluida la cuestión de si los atletas de las naciones vetadas pueden entrar a los Estados Unidos para competir, especialmente en el periodo inicial de 90 días del veto.
"Estamos trabajando estrechamente con la administración para entender las nuevas reglas y la mejor forma de navegar en lo que respecta a los atletas visitantes", dijo Patrick Sandusky, portavoz del Comité Olímpico de Estados Unidos.
Igualmente, atletas que están en ligas profesionales de esos siete países tienen dudas acerca de ese veto, así como corredores de primera línea que en el pasado han participado en los maratones más importantes del país de las barras y las estrellas.
También en la NBA hay problemas
Los basquetbolistas Luol Deng (Los Angeles Lakers, inglés) y Thon Maker (Milwaukee Bucks, australiano), nacieron en Sudán del Sur y podrían ser deportados.
Además de jugadores potencialmente afectados, la liga mantiene un programa llamado Baloncesto Sin Fronteras, que identifica talentos en el extranjero y que ha facilitado por ejemplo a jóvenes sudaneses permisos para jugar en institutos y universidades de EU.