Verdad absoluta

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Verdad absoluta

Algunos políticos, casi todos, principalmente los que son cabeza de un nivel de Gobierno, cuando acceden a esos puestos ejecutivos se despojan de bondad y humildad adoptadas durante sus campañas políticas, pues ya en funciones se conducen en medio de la prepotencia y la arrogancia que confunden lo que es mandar con gobernar.

Ya pontificando, desde la cúspide del triángulo de mando, obnubilados enfrentan la cotidianidad aceptando una postura como propietarios de la verdad, y a quienes los contradicen los opacan espetando respuestas, según ellos, con sello de una veracidad axiomática, es decir, que no se necesitan explicaciones ya que las respuestas no dan lugar a dudas.

Las relaciones entre el Gobierno Federal y algunos medios de comunicación han tocado las lindes de engendrar conflictos que concluyan en posiciones de riesgo, pues uno y otros se encuentran en una dinámica de choque que se pueden dar resultados nada deseables derivados de una postura oficial alejada de la tolerancia, pues se ve que es por falta de posibilidades reales de demostrar el desempeño de un trabajo bien estructurado y que en muchas ocasiones fallan por carecer de las herramientas necesarias, debido a escasos conocimientos sobre los asuntos sustantivos que inciden en la marcha del País.

La imparcialidad y la veracidad se supone que son características que deben acoger los medios por más comprometedoras que sean las noticias que divulguen, sin embargo, se trasluce en forma subyacente que este sector se está dividiendo en dos partes, los que aprueban los dictados oficiales por más que suenen descabellados, y los que trasmiten las noticias como realmente se producen por más cáusticas que sean.

Los medios constituyen otro frente que se ha abierto, a parte de otros, como el sector intelectual, el industrial, el de la construcción, el de la cultura, en fin, de todos los gajos del abanico del que está constituida la actividad que impulsa nuestra nación.

El poder público nos está envolviendo en una dinámica que nos empuja a vivir en el pasado, pues las referencias sobre el anterior régimen son inacabables argumentado que las arcas nacionales las dejaron vacías, y aun así no proceden en contra de los que dicen fueron unos saqueadores, cayendo en una omisión ya que voltean la cara para no actuar, lo que confirma la existencia del pacto de no agresión que según se dice se convino, o cuál es la razón de no actuar si aseguran que se cometieron una serie interminable de delitos.

El País está envuelto en innumerables problemas que no ha bastado una conducción que se empeña en no delegar, en donde las decisiones se toman en forma unilateral como si fuera patente de corso, sin que nadie tenga derecho a contribuir con sus opiniones, sobre todo los miembros del equipo de primera línea que con toda seguridad saben más de las diferentes áreas del quehacer público.

Estamos ya en el noveno mes de la administración federal y los datos reales, no los otros datos, nos hablan de un crecimiento raquítico del 0.1 por ciento publicado por el Inegi –del que dudaba de la certeza cuando informaba un crecimiento negativo y ahora lo celebra–, lo que nos sigue llevando a niveles de suma preocupación que se traducen en una desaceleración económica que amaga a las clases más desheredadas, y en la que la clase media está en riesgo de contribuir a engrosar las filas de esa clase desposeída.

El avance de los países es empujado por verdaderos líderes experimentados que luchan por sus pueblos, líderes que gobiernan no que mandan, pues mandar es una forma de ejercer el poder mediante la imposición sin tomar en cuenta otras opiniones, mientras que gobernar es el ejercicio de consensuar con el pueblo e incluso con la oposición, sin llegar a arrogarse un sitio delirante ya que de lo contrario seremos espectadores de un fracaso.

De igual forma necesitamos líderes políticos que por sus cualidades sean bien vistos y aceptados por la ciudadanía, de manera que encuadren en lo que dijo Churchill al pronunciar que “un buen político es aquel que, tras haber sido comprado, sigue siendo comprable”.

Se lo digo EN SERIO.

@aguirreperalesf

franciscoaguirreperales@gmail.com.