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Venta de IMARC fue con apego a derecho: Pastor López Atilano
Al asegurar que la venta del edificio del IMARC se hizo con estricto apego a derecho y obedeció a las situaciones adversas que prevalecían en el instituto, Pastor López Atilano consideró que son comprensibles los cuestionamientos de los Consejeros, sin embargo, dijo que éstos no cuentan con atribuciones legales de administración del patrimonio institucional.
El pasado jueves este medio publicó acerca de la venta del inmueble, lo que posteriormente provocó la exigencia de algunos consejeros de transparentar la operación y la reacción de Jill W. Dietrich, cónsul para Prensa y Educación del Consulado General de Estados Unidos en Monterrey, quien aclaró que desde hace cinco años no avalan los planes de estudio del idioma inglés del IMARC Saltillo.
En ese contexto, a través de un escrito que entregó a este medio, López Atilano aseguró que la venta del edificio se hizo en estricto apego a derecho y obedeció a las circunstancias adversas que prevalecían en el instituto.
“Son perfectamente comprensibles los cuestionamientos de Consejeros designados de manera honoraria y que no cuentan con atribuciones legales de administración del patrimonio institucional. Tengo la certeza de que dichos cuestionamientos carecen de mala fe y de que no buscan afectar a nuestra Institución o a mi persona”, dijo.
“Sin embargo, es claro que una respuesta apresurada podría generar de manera innecesaria suspicacias, tratándose de un tema sensible vinculado a una institución tan entrañable para nuestra comunidad, considerando también la responsabilidad que tengo con la confidencialidad en el manejo de la información.”, añadió.
Consideró que la responsabilidad social de la institución va más allá de la enseñanza del idioma inglés, en acciones como la entrega de la Presea IMARC y la tradición de designar de manera honoraria con el carácter de Consejero a personas que destacan por su servicio y amor a la comunidad local.
Añadió que derivado de la nueva normalidad que ha traído la pandemia por COVID-19, así como de los acelerados avances en las tecnologías de la enseñanza y los altos costos de administración, cuidado y mantenimiento del edificio vendido, se optó por “una profunda y muy pensada transición operativa, migrando del sistema educativo tradicional hacia esquemas a distancia con tecnología de avanzada”.