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Vendrán “dolorosas” acciones de limpieza en el Vaticano, advierte el Papa
Vaticano. El papa afirmó hoy, tras la oleada de nuevos escándalos, que la maquinaria burocrática de la Iglesia católica necesita "dolorosas y prolongadas" acciones de limpieza.
Desde noviembre, el conocido como caso Vatileaks 2 puso de manifiesto la mala gestión financiera, la codicia y la resistencia a las reformas de la administración del Vaticano.
Mientras tanto, expertos en la lucha contra el lavado de dinero del Consejo de Europa afirmaron que el Vaticano estaba fallando en la lucha contra los delitos financieros.
En el discurso prenavideño dirigido los máximos representantes de la curia romana y de la administración vaticana, el papa argentino afirmó que las "enfermedades" administrativas requerían de "prevención, vigilancia, atención y, por desgracia, de dolorosas y prolongadas intervenciones en algunos casos, como resultó evidente durante el transcurso del año pasado".
Francisco afirmó que esto había causado "no poco dolor" a todo el cuerpo de la iglesia y que los escándalos habían "herido muchas almas".
El pontífice se comprometió a mantener los esfuerzos reformistas con "determinación, claridad y firme determinación".
El Santo Padre, de 79 años, que se mostró cansado en eventos públicos recientes y tiene por delante una agotadora agenda navideña, se disculpó por dar el discurso sentado ya que -dijo- estaba enfermo de gripe.
El cardenal Tarcisio Bertone, uno de los protagonistas del escándalo del Vatileaks 2 y que aceptó devolver 150 mil euros a un hospital para niños que habían sido utilizados para financiar la reforma de su casa, estaba entre el público.
El discurso del año pasado de Francisco fue una denuncia muy inusual de 15 "enfermedades" que afectaban a la burocracia de la Iglesia católica, que llegó a los titulares, y sorprendió y sacudió a numerosos cardenales.
Durante 2015 el tono fue algo más suave, sobre todo cuando el papa afirmó que quería hablar de "antibióticos para la curia" en lugar de en enfermedades. Dio una lista de prelados con virtudes a las que atenerse, como la honestidad, humildad, sobriedad y humanidad.
Cerró su discurso citando al arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, una figura de culto entre los católicos progresistas que fue beatificado en mayo. "Somos albañiles, no maestros de obras, somos sirvientes, no el mesías."