Vaya a votar, el voto es nuestro, defendámoslo

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Vaya a votar, el voto es nuestro, defendámoslo

Una vez que pasen las elecciones de este junio y después del tiempo legal por si se llegaran a judicializar -ya que hay gente que puede estar interesada en reventarlas en virtud de que las preferencias han disminuido por las incongruencias en su actuar- deberemos estar atentos porque podría surgir una nueva composición de la Cámara Baja, en cuanto a una mayoría calificada que frenara los cambios a la Constitución de la República de acuerdo a los deseos presidenciales estableciéndose en un real freno, ya que de ahí dependerá el futuro de nuestro país, pues ese Poder, el legislativo, ha sido manejado desde Palacio Nacional que lo ha convertido en teatro guiñol operándolo desde su muy particular interés.

Salgamos a votar con la intención de que nuestro voto depositado sea razonado y entregado a un candidato que durante su campaña política verdaderamente dio muestras de tener la capacidad de resolver las peticiones que le fueron planteados.

Al votar no basemos nuestra decisión en favorecer a candidatos y partidos que mediante dádivas fueron indicando el camino a seguir por medio de un cencerro para que nuestro sufragio les fuera otorgado y que debido a su notoria falta de experiencia  no podrían lograr la aceptación de otra forma.

Votemos por los contendientes que señalaron propuestas viables, de lo que se puede hacer, y no prometer soluciones que de antemano no son creíbles con el fin de que el día de la elección les den el apoyo y que después, cuando ya estén sentados en el puesto se vuelvan invisibles.

Votemos por candidatos cabales cuya trayectoria sea limpia, con una expertise a toda prueba en el ambiente público, pues recordemos que, en el caso de los diputados, ellos son nuestro pensamiento en los que ponemos nuestra confianza para que ya no sean dependientes de un Poder Ejecutivo cuyas opiniones se dan de manera imperativa, pero que tienen sus compensaciones.

En el caso de la elección de los presidentes municipales todavía es más cercana su figura al pueblo, que con su voto los lleva al sitio cuyo peso debe ser soportado y resistente en forma directa de los embates que se den, pues la ciudadanía en corto está a expensas de que le solucionen la problemática existente con una prontitud que no admite tardanzas.

Votemos por aquel candidato que durante su campaña demostró empatía y voluntad de dar solución segura a rezagos sociales, pues eso dará la seguridad que de la misma manera envolverá a los habitantes de su ciudad mediante una dinámica que encause las deficiencias y resolverlas de la mejor manera.

Una empatía que sea derivada de esquemas de asistencia social, conjuntamente con programas artísticos, culturales, deportivos, el cumplimiento de los servicios primarios que le den a la ciudad y sus habitantes la confianza de caminar por sus calles con tranquilidad.

La implementación de esas acciones irá alejando la observancia de una delincuencia que todavía existe, aunque con mayor énfasis en algunas de las ciudades de nuestro estado. Por lo tanto votemos por candidatos que realmente quieran a su ciudad, pues el cariño a alguien o a algo es equiparable al aceite que hace andar a la máquina.

En fin salgamos a votar, pues aparte de ser una obligación es nuestro derecho, de otra forma alguien lo hará por nosotros, cuyo interés, desde luego es pernicioso, ya que desde ese momento el sufragio lo entregará a un candidato que no es el nuestro y que por lo tanto conlleva una ventaja para otros, dejándonos huérfanos de ese derecho que por ningún motivo debemos permitir que nos lo arrebaten.

Esta elección pasará a la historia por el número de puestos que se jugarán, en especial por el equilibrio que debe guardar la composición de la Cámara de los Diputados, pues en su focalización debe anidar el embrión que cuando nazca sea un verdadero poder del pueblo y no el poder de la fuerza del Presidente de la República.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com

@aguirreperalesf