La inseguridad y el vandalismo han vencido los intentos de las autoridades por mantener el Parque Hundido en buenas condiciones, y como hostal para personas migrantes y en situación de calle.

Hace hace pocos meses la Dirección de Ecología restauró parte del Torreón que se quemó y derrumbó una parte, y se brindó servicio de limpieza, sin embargo, con tan solo unos días transcurridos la situación volvió a ser la misma: hedor a orines, graffiti en todos ladros, basura de todo tipo, animales muertos y daños estructurales.

“Nosotros vamos y damos limpieza, pintamos y reparamos el torreón quemado hace meses y vuelven a ensuciar al día siguiente”, manifestó Graciela Arocha, directora de Ecología y Espacios Urbanos.

El libre paso por su entrada principal al parque y la falta de cercas que antes resguardaron la parte trasera, ahora vanalizadas, permiten la entrada e instalación de quien sea, pese a los rondines que la Policía Municipal emplea para vigilarlo.  

Habitantes del mismo sector hicieron un llamado a las autoridades para que policías o guardias de seguridad vigilen la entrada al parque y dar rondines que no permitan la instalación de personas en situación de calle.

“También lo que pueden hacer es cerrar sus puertas y cercar allá atrás por donde se meten, al cabo ahorita ni se puede salir con la pandemia, el problema es que nunca hay quién vigile ni llame la atención a chicos que pintarrajean o personas que han convertido el lugar en “hotel”, comentó Érick García.