Las campañas de vacunación avanzan y la necesidad que cada sector y cada individuo está en “recuperar” algo que siguen llamando “normalidad”. Hoy podemos ir al teatro, al cine, al supermercado con niños, a partidos de futbol, a conciertos, a bodas, al gimnasio, y hasta a la lucha libre. Como predije hace un año, algunos han salido como tapón de cidra, ansiosos de incorporarse a algo parecido a la vida de antes, y algunos están saliendo muy a tientas. Sí, hay una vida de antes y estamos comenzando a construir una vida después. Sí, ha habido un parteaguas en nuestra historia.

Durante este tiempo tan incierto, algunos sectores y oficios han sido fuertemente golpeados económicamente. Algunos fueron temporalmente eliminados. Me asombra la manera en que algunas personas han creado nuevas estrategias de supervivencia. Creo que esa opción e ingenio permanecerá, o tal vez siempre ha existido y solamente no me había dado cuenta.  

En los primeros meses de cuarentena nos dimos a la tarea de apoyar a los amigos y vecinos, siendo clientes de sus nuevas propuestas. Esa necesidad no ha cambiado. Los gimnasios, los cines, las empresas independientes, las tiendas (grandes y pequeñas), las escuelas, los artistas. Seguimos necesitando reconocernos comunidad, así como lo hicimos “al principio”. Con la nueva energía de reactivación tenemos que irnos con cuidado, pues muchas personas jóvenes aún no están vacunadas y esto aún no termina.  Seguimos con cautela, gel y cubrebocas, pero, por si alguien gusta, ¡los veo el sábado en el concierto y el domingo en la lucha libre!