En 2015 recibimos en el INAI una demanda en la cual una persona alegaba que un banco había realizado una transferencia de datos, relacionados con su salud, sin su consentimiento. La información, aseguraba el demandante, había sido recabada en una solicitud de crédito. Aunque el banco lo negó, luego de las investigaciones, se encontró que efectivamente había sucedido el hecho que originó la queja. Por el tipo de incumplimiento, el banco se hizo acreedor a una multa por poco más de 32 millones de pesos, cifra a la cual se llegó, en parte, debido a que involucró el uso de datos personales sensibles. Y esto último es precisamente el tema que elegimos tratar con motivo de la conmemoración del Día Internacional de Protección de Datos Personales.

En México definimos los datos sensibles personales (DSP) como aquéllos que se refieran a la esfera más íntima de su titular, o cuya utilización indebida pueda dar origen a discriminación o conlleve un riego grave para éste. Aunque a nivel internacional se pueden encontrar definiciones muy similares, existen algunas diferencias en la determinación acerca de qué información se considera de este tipo, ya que eso depende en gran parte de la cultura y el contexto. Por ejemplo, mientras que en México el origen racial o étnico es un DPS, en Canadá o Estados Unidos no es así, y mientras que en Australia el número de seguridad social es considerado un DPS, en nuestro país o en Uruguay no es así.

No obstante, en una comparativa internacional realizada, que incluyó a México, Australia, Canadá, EU, Nueva Zelanda, la Unión Europea y Uruguay, hay coincidencias con respecto a algunos de los datos que son clasificados como sensibles. La información de salud, por ejemplo, se encuentra considerada en todos los casos; origen racial, opinión política, membresía a una asociación política, creencia religiosa, afiliación sindical e información sobre sexualidad son DPS en varios países.

Para profundizar en el debate y generar reflexiones en torno al tratamiento de este régimen especial de datos, este año el INAI, en conjunto con el InfoDF, celebrará el Día Internacional de Protección de Datos Personales con un evento en el que estará participando gente de reconocido prestigio en la materia. Martin Abrams, director Ejecutivo de The Information Accountability Foundation, dará una conferencia magistral; enseguida, un panel de especialistas abordará el tema “Datos personales sensibles de las víctimas: la importancia de su protección” tendrá lugar. Para saber más acerca de los invitados y el evento, se puede consultar la página del Inai: “www.inai.org.mx”.

Más allá de las interesantes ponencias, este año quisimos poner un acento adicional en la necesaria y urgente sensibilización de los jóvenes acerca del manejo de los datos personales sensibles. La razón para ello es simple. El Programa de Inclusión Digital 2016-2017 de la SEP reporta que el uso de Internet de los alumnos en su paso de primaria a secundaria se dispara, siendo la obtención de información (91%) y el acceso a redes sociales (85%) las dos actividades preponderantes en este grupo. Lo que es más, la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Inegi, 2017) indica que los adolescentes de 12 a 17 años son el sector de población que más utiliza Internet. Es decir, la exposición a nuevos medios hace propenso el riesgo de un mal manejo de DPS si no se crea conciencia acerca de ello desde esa edad.

Ya hemos comenzado. Esta semana dimos inicio, en escuelas públicas y privadas, a unas jornadas que pretenden difundir información práctica y de utilidad para la protección de datos personales en el entorno digital. Nos sumaremos con ello a los esfuerzos similares que otros países como Grecia, Croacia o la República Checa han realizado con éxito. No olvidemos que el éxito en la creación de la cultura de protección de datos personales, sensibles o no, depende de la socialización del tema entre pares, y con maestros, padres de familia, sociedad civil y autoridades. Informémonos y hagamos lo que nos corresponda.

Comisionada del INAI