Bangkok .- Una de las imágenes más recientes disponibles del príncipe heredero de Tailandia, Vajiralongkorn, de 64 años, lo muestra con unos jeans sueltos y un top blanco que le deja la barriga y el torso tatuado a la vista en el aeropuerto de Múnich el pasado verano (boreal).

Círculos del palacio tailandés se apresuraron a negar su autenticidad y aseguraron que las fotos habían sido falsificadas. Y es que en el país asiático las fotografías e informaciones sobre los momentos de ocio del futuro rey son tabú.

El reino protege a la familia real con una de las leyes más estrictas del mundo que prohíbe cualquier tipo de ofensas a la monarquía. Todo lo que no sean muestras de admiración y reverencia están prohibidas, bajo pena de hasta 15 años de cárcel.

Por eso no extraña que los habitantes de Baviera, en el sur de Alemania, donde el príncipe pasa varios mese al año, sepan más de su vida que en su propio país, aunque siempre vaya de incógnito. De vez en cuanto aparecen fotografías con su enorme séquito en la ciudad de Abendsberg que lo muestran recolectando fresas o con un elegante Porsche delante de una tienda de jardinería en Erding.

En Tailandia, las informaciones sobre él circulan de forma clandestina y los rumores se transmiten de boca en boca, pero oficialmente el pueblo apenas sabe nada sobre el hombre que reinará tras su padre, el rey Bhumibol, fallecido hoy a los 88 años. Su adorado caniche Fufu, ya muerto, se convirtió sin embargo en una estrella gracias a los videos que circularon en el país.

Pero una cosa está clara: es muy difícil que el sucesor pueda equipararse en popularidad a su padre, que tras 70 años en el trono seguía siendo venerado hasta ahora como un dios.

Vajiralongkorn es el segundo de los cuatro hijos del fallecido monarca y el único hijo varón. Estudió parte de sus años escolares en Reino Unido y se licenció en una academia militar en Australia. Es piloto y suele pilotar él mismo su Boeing 737.

En una de sus visitas en Múnich, una empresa administradora de insolvencias alemana colgó en 2011 un sello de embargo al avión real, a raíz de una reclamación pendiente de su cliente contra el Estado tailandés. El príncipe al parecer se puso como loco y el Gobierno pagó de inmediato.

Vajiralongkorn lleva mucho tiempo fuera de los focos reales. Tiene siete hijos de tres mujeres distintas. En 2014 se separó de la madre del hijo que va a la escuela en Baviera.

Su hija mayor Bajrakitiyabha tiene 37 años y entre 2012 y 2014 fue embajadora en Austria. Su segunda hija Sirivannavari, de 29 años, es diseñadora de moda y apenas tiene papel alguno en la vida pública.

En los últimos tiempos Vajiralongkorn representó con frecuencia a su padre en ceremonias oficiales. En 2015 invitó a decenas de miles de tailandeses a una vuelta por bicicleta por Bangkok en honor de su madre Sirikit por su 83 cumpleaños. Él encabezó el desfile con un look deportivo y en su bicicleta de carreras. La campaña de imagen tuvo éxito y en diciembre la repitió por el cumpleaños de su padre.