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Va SAT contra ‘malas prácticas’ fiscales
La nueva facturación que entra en vigor el próximo primero de diciembre, servirá al Servicio de Administración Tributaria para ir en contra de malas prácticas fiscales.
Este nuevo sistema conocido como facturación 3.3 busca crear certeza jurídica al momento de generar un recibo fiscal.
Incluso, abogados fiscalistas señalan que esta nueva modalidad tendrá un mayor control ante posibles casos de lavado de dinero.
RFC INEXISTENTE
En entrevista pasadas, Gretel Ramos, administradora del SAT en Coahuila, indicó varias de las malas prácticas fiscales que se podrá reducir con esta modalidad de facturación como el ingreso de RFC inexistentes.
Señaló que los sistemas están ajustados para que al momento de que el contribuyente emita una factura o de presentar una declaración lo haga cumpliendo todo lo que indica la legislación fiscal.
“Para él es mucho más sencillo de cierta manera, el cumplimiento de obligaciones se vuelve una manera imperceptible. Yo sólo entro a la plataforma y estoy cumpliendo”, dijo.
“Un contribuyente al emitir lo hacía con un RFC del receptor el cual era incorrecto, e inclusive en algunas veces inexistentes. Lo que traía como resultado es que si el emisor de la factura no quería modificar el campo el receptor no podría deducir ese gasto y obviamente se incrementa el monto del cual se calcula el impuesto”, declaró.
Con esta herramienta se busca la certeza jurídica al contribuyente a través de los validadores.
“Al momento de realizar una factura y el sistema se da cuentas que no existe este RFC, el mismo sistema va a manejar un mensaje aclarando que no existe el RFC. Había esta mala práctica, a veces no era dolo, sólo era un dedazo, ya cuando lo hace con un RFC inexistente ya es un delito”, apuntó.
CANCELACIÓN DE LAS FACTURAS PAGADAS
Agregó que, cuando un contribuyente facturaba la venta de un producto, la podía cancelar, para no reportarla como ingreso. Esto le afectaba al comprador, pues ya no la podía reportar
como gasto al momento de declarar.
Gracias a la factura hay un incremento en la rentabilidad de la recaudación. Con esta actividad digital impulsada desde el 2015, se registra un movimiento de 200 facturas por segundo.
Además reduce los gastos, pues si antes el SAT gastaba un peso por cada cien pesos facturados, ahora sólo se gasta 53 centavos. Además de ahorrar espacio físico para archivar.