Utilidades bancarias. ¿Así cómo?
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Utilidades bancarias. ¿Así cómo?
No está en duda el objetivo de la inversión de capital que es la acumulación. El asunto es en qué condiciones se da dicho crecimiento de capital y su contribución al desarrollo económico de las regiones y los países.
El 22 de agosto el INEGI dio a conocer las utilidades del sistema bancario en México en el primer semestre de este año. El dato y sus derivaciones conllevan a un breve análisis precisamente por la aportación al crecimiento y desarrollo económicos por parte de los servicios de intermediación financiera.
En la economía es fundamental la intermediación entre quienes reservan excedentes –para previsión o planeación- y quienes requieren de circulante o capital -para consumo o proyectos-; la tasa de interés al ahorro es un premio –tasa pasiva-, la tasa de interés al crédito es un costo del dinero –tasa activa-.
La colocación del ahorro en créditos diversos implica pues el diferencial de tasas, éstas deben ser tales que generen inversión y empleo y que a su vez contribuyan a que no se incremente el nivel de precios de bienes y servicios.
En México es amplísimo el diferencial de tasas al ahorro y a los diferentes créditos, la primera se sitúa en cinco por ciento promedio, las segundas se ubican en 12 por ciento promedio en hipotecarios, 20 por ciento promedio a empresas y negocios y 40 por ciento promedio en tarjetas de crédito. En este país el costo del dinero es excesivamente alto.
Por otra parte las comisiones por servicios de intermediación son relativamente excesivas en comparación con las que se pagan en los países de origen del 80 por ciento de los bancos instalados en el país. Además, el colosal atraco de 1996 denominado Fobaproa provee de recursos gratuitos a la banca por alrededor de 40 mil millones de pesos al año.
Así, de enero a junio las utilidades netas de los bancos ascendieron a 77 mil millones de pesos, 24.7 por ciento más (15.2 mmdp) que en el mismo periodo del 2016. Esto resulta desproporcionado al casi 3 por ciento de crecimiento de la economía. En efecto, el PIB del sector terciario, los servicios, creció en 4.1 por ciento, mientras que el primario fue 0.9 (agropecuario y extracción) por ciento y el secundario 0.5 por ciento (industria y construcción).
Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores los grupos financieros controlan activos por 8 billones 754 mil millones de pesos, esto es 43 por ciento del tamaño de la economía mexicana que ronda los 20 billones de pesos. ¿Cómo resulta esto?
La captación de recursos en el primer semestre de este año fue 4.38 billones de pesos, (con incremento de 9.5 por ciento) y la colocación fue de 4.1 billones de pesos (incremento de 9 por ciento). El asunto es que a un promedio de 5 por ciento de tasas pasivas al ahorro se pagan mucho menos recursos que el pago crediticio con una tasa promedio de 25 por ciento entre los diferentes tipos de crédito.
Si bien el crédito ha crecido en siete por ciento, el diferencial entre tasas y excesivas comisiones no aporta al crecimiento económico del país. El libre mercado no funciona y no asigna bien los recursos en el sector financiero de nuestro país, porque además es oligopólico. Según la CNBV, más de dos tercios de activos financieros los controlan cuatro grupos financieros: BBVA 24.1 por ciento, Banamex 14.9 por ciento, Banorte 14.5 por ciento y Santander 13.8.
Son muchos años que el sector financiero no aporta lo necesario a la dinámica económica en nuestro país, pero sí se valen de ésta para obtener jugosísimas ganancias. Tal parece que existe un contubernio entre la derecha política, los gobiernos federales y los bancos ¿o es que los banqueros financian campañas políticas? Bonito asunto, ¿así cómo?