Urgencia del discernimiento

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Urgencia del discernimiento

La opinión pública tiene ojo crítico. La información fidedigna y la opinión certera y circunspecta (que ve en redondo, que capta todo el panorama alrededor) hace que la gente pueda hacer sus propios juicios. Captar los hechos, los sucesos, los acontecimientos y decirlos a tiempo, con exactitud, es una gran virtud de comunicación.

Alterar la información quitándole y poniéndole o tergiversar las interpretaciones con imaginaciones traídas de los cabellos genera confusión entre los receptores. De por sí la mirada es escéptica cuando se dirige a las declaraciones, explicaciones y pronósticos que vienen del poder.

A esa incredulidad se suman los enfoques defectuosos y las falsedades no históricas de los comunicadores. El emisor y el receptor no parecen tener un código común y el mensaje, ya incompleto, tampoco llega como salió.

Se recaptura a un delincuente fugitivo y se le encarcela. Se aprehende, en el extranjero, a un exmandatario, aduciendo indicios de graves delitos e infracciones a la ley. Se empieza entonces a subrayar todo lo que es tangencial y epidérmico y se descuida lo central.

Se va estructurando un tinglado distractor. La realidad parece fugarse por un túnel o queda encarcelada en versiones que no tardan en mostrar su falta de objetividad. La gente se acostumbra a tomar el rábano por las hojas, a leer ente líneas lo que las letras ocultan, a descubrir lo que falta, oyendo lo que se presume. 

Las redes se convierten en un polvorín de ridiculizaciones, de sarcasmos, de soplidos al jocoque, desde las quemaduras con leche. Ahí se detona el lenguaje expletivo que denosta y desenmascara. Y no queda títere con cabeza. La duda cartesiana es el pivote en el que giran los 140 caracteres del tuiteo.

El agnóstico y el escéptico, el nihilista y el relativista se sienten en el País de las Maravillas. Por eso saben que, si no van a ninguna parte, cualquier camino los puede llevar allá... sin llegar nunca...

Lo positivo es que disminuye la ingenuidad que propicia la manipulación y se abre el ojo critico que defiende la dignidad personal...