Unidos transformamos la UAdeC

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Unidos transformamos la UAdeC

“Libres son quienes crean, no copian, y libres son quienes piensan, no obedecen. Enseñar es enseñar a dudar”

Eduardo Galeano

La Universidad por condición natural, se encuentra siempre al servicio de la comunidad. Esto es para poder cumplir los términos que justifican su existencia en la sociedad; pero particularmente, en la sensibilización del ser humano con sus semejantes, como eslabón primordial de liberación y emancipación del hombre.

Son las universidades públicas, las que representan la consecución de un ideal a favor del progreso al cumplir una función sociocultural que debe ser orientada por valores y principios que fundamenten su razón de ser; suponiendo un conjunto de responsabilidades para quienes se benefician de ellas.

Con las actuales circunstancias (COVID, globalización, tecnologías al alcance de todos y nuevas condiciones sociopolíticas...) crear nuevos ambientes, no resulta tarea sencilla. Se convierte entonces, en la ocupación permanente de transformar la relación entre universidad y sociedad, entre las mismas universidades y, también, el tejido interno de éstas. Esta actividad, supone aparte de modificaciones culturales, serios cambios jurídicos y una comprensión y voluntad establecidas por encima de cualquier tipo de mezquindad.

Desde hace tres años, Salvador Hernández Vélez con el respaldo de la comunidad universitaria, decidió montar a la universidad a un nuevo esquema de pedagogía, de responsabilidad social, de servicio a la comunidad y armonía con la naturaleza. Al interior de la máxima casa de estudios, se comenzaron a sentar las bases para cumplir de una manera óptima con los tres fines básicos de la Universidad: docencia, investigación y difusión de la cultura.

Una nueva ruta se ha trazado al interior y al exterior de la Universidad pública en Coahuila. Lo anterior, no hubiera sido posible sin el trabajo conjunto de la comunidad estudiantil, del trabajo docente y también del personal administrativo. Así qué al día de hoy, la Universidad Autónoma de Coahuila puede presumir de una oferta educativa de calidad con nuevos programas de licenciatura y posgrado, una mejor planta docente con mejores certificaciones y formación continua, más centros de investigación y una mejor y permanente acercamiento de la universidad con la sociedad en términos de vinculación y extensionismo.

Todo ello implica no solamente meras reformas universitarias, sino también la construcción de un marco institucional y social diferente. Una transformación así, solamente podría tener éxito dentro de un plan, dotado de consenso, estudio y con una apuesta por una distinta reconfiguración de la universidad. A título personal puedo decir que lo mencionado, representa la diferencia entre el subdesarrollo y el progreso.

La continuidad si algo resulta bien, es un aval de la propuesta ofrecida con anterioridad. Por otro lado, no significan vicios democráticos ni esquemas rebasados, más bien implica el terminar de ofrecer más y mejores resultados en la misma senda de lo propuesto; porque ciertamente, las políticas de gobierno requieren de continuidad para poder visualizar con mayor notoriedad y de una manera más asequible.

Vale la pena detenernos para reflexionar sobre el gran reto de la UAdeC. Nuevos aires se respiran en la Universidad Autónoma de Coahuila. Está transformación si continua en torno a la UNIDAD del proyecto que encabeza Salvador Hernández Vélez, será la antesala y los cimientos de un proceso que permitirá seguir sintiendo orgullo por nuestra universidad.