Abucheos.

Eso fue lo que recibió la Selección Nacional Mexicana en el Estadio Azteca al vencer sólo por una anotación a una pobre Escocia.

La única noticia positiva fue que el gol corrió a cargo de Giovani dos Santos, jugador que la afición pide que sea de los recortados para la lista definitiva de 23 elementos y que últimamente no ha andado en la forma que se necesita para llegar a Rusia 2018.

Juan Carlos Osorio colocó la alineación que más se acerca a lo que se verá en el Mundial, Guillermo Ochoa en la portería, Hugo Ayala y Carlos Salcedo en la central, Jesús Gallardo por la lateral derecha y continúa probando con Édson Álvarez por la lateral izquierda.

En el mediocampo utilizó a Héctor Herrera en la contención (destacando que Jesús Molina ya no forma parte del Tricolor), Giovani y Miguel Layún como volantes.

El ataque fue conformado por Carlos Vela e Hirving Lozano actuando en la posición de extremo y Raúl Alonso Jiménez de centrodelantero.

Lo dócil de Escocia sirvió para que el colombiano pudiera utilizar en el segundo tiempo a Rafael Márquez y Oribe Peralta para despedirlos como jugadores con la camiseta verde por última vez en tierra azteca.

Como si se tratase de una paradoja, fue al minuto 9 cuando el elemento del LA Galaxy se sacudió los gritos en contra de la fanaticada y tras una jugada con su cómplice en el campo, Vela, Dos Santos hizo el primero y el único en el juego, con rasante disparo al poste contrario del arquero escocés.

En el primer tiempo sólo esa jugada y un gran disparo de Miguel Layún sirvieron para emocionar a un público que no se veía convencido de lo que veía en el campo.

Osorio trató de componer el ataque de su cuadro inicial y mandó al campo a Jesús Manuel Corona, Jonathan dos Santos, Javier Aquino, Marco Fabián, y los mencionados “Cepillo” y Márquez.

“Tecatito” y "Chucky" fueron los hombres que más les dio a los mexicanos la esperanza de volver a gritar gol en el coloso de Santa Úrsula, pero todo acabó en promesas.

Y así, llegó el silbatazo final que marcó los 90 minutos del encuentro, y una Selección Nacional del estratega colombiano que lo único que dejó claro es una cosa: el experimento parece seguir siendo fallido.