Una velita

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Una velita

Mañana se cumple un año de la toma de posesión del Gobierno de Andrés. Mientras él festeja con un pastel con una vela, millones de mexicanos tenemos veladoras prendidas para que México retome una ruta del crecimiento y la prosperidad.

Andrés sigue siendo un enigma, a pesar de la cobertura mediática que él se asegura con sus conferencias matutinas. Simplemente los mexicanos seguimos sin saber qué quiere realmente y cómo le va a hacer para conseguirlo.

Si nos atenemos a sus declaraciones, estamos perdidos. Sus posturas son inconsistentes y la falta de método impide hacer pronósticos. Aún así, creo que la mayoría de los mexicanos quisiera que el sexenio dure dos años.

México sigue requiriendo un salvador, pero difícilmente Andrés cubre ese requisito. Sus ideas de buen gobierno son simplistas y en ocasiones ridículas. En materia de seguridad es donde más resalta su notoria incompetencia. Es tan grave su desubicación que empieza a aumentar el número de personas que creen que existe un arreglo o una complicidad entre Andrés y los narcos. Es difícil defenderlo de complicidad porque recordamos la frase según la cual el propósito de un sistema es lo que el sistema hace.

El gobierno de Andrés tolera a los narcos, los trata como si fueran niños malcriados, en vez de dejar que simplemente la policía haga su labor y que se imponga el derecho cuando haya confrontaciones.

La otra pregunta que nos asalta por el cumpleaños número uno de la 4T, es si Andrés nos lleva al socialismo o frenará sus impulsos para no aumentar el control del gobierno sobre la economía. Sin embargo, si nos atenemos a los nombramientos clave de las estructuras reguladoras, nos ha quedado claro que Andrés ha resultado como el vengador anónimo y ha cortado cabezas y reemplazado puestos clave con incondicionales.

Mi temor no se centra en estos nombramientos, sino en sus efectos. Si la economía se vuelve torpe, si crece la burocratización, si se frena el crecimiento aún más, entonces los temores de que Andrés nos traerá socialismo cobrarán fuerza.

El socialismo no llegará a México por decreto de un día para otro. Más bien llegará como un intento paulatino del Gobierno de Andrés por tomar control de la economía. A medida que se deteriore, aumentará la tentación por empezar a imponer prohibiciones, a decretar aumentos de sueldos aunque sean injustificados. Es un cambio gradualista, como ha sucedido en Venezuela, acompañado por un desencanto empresarial que da excusa para la exportación de capitales. Una cosa lleva a la otra, y para cuando acuerdas, el gobierno dice tener la excusa perfecta para empezar a intervenir para suplir a las empresas que fueron cerrando y abandonando el País.

Aunque este proceso de deterioro va lento, en cualquier momento puede tomar fuerza. Debemos recordar que el PRI dejó una Constitución parecida a un campo minado, propicio para la operación de un gobierno socialistoide con una decisiva intervención en la economía a través de la planeación democrática, el Plan Nacional de Desarrollo y la rectoría del Estado.

Nada de esto se ha presentado como motivo de preocupación, pero la falta de crecimiento que ya sufrimos es un posible disparador de medidas autoritarias en materia económica.

Por lo pronto hay dos cambios que alarman pero no han generado una respuesta contundente. Una es la labor de fiscalización que trata a los causantes como delincuentes. La otra es el ataque constante a los creadores de empleos a los que Andrés considera como insensibles explotadores de la pobreza.

Si el Gobierno no le da un vuelco contundente a su política hacia los empresarios, si no empieza a tratarlos como generadores de empleos y bienestar, será imposible que la economía crezca y se genere un pastel más grande para repartirlo mejor.

Los rezagos que heredamos de la era priista siguen minando la labor de gobierno de Andrés. Si en vez de darles la vuelta se busca refrendar la existencia de los “ricos” y “pobres” jamás saldremos del pozo y veremos una segunda velita de cumple-años competir con millones de veladoras en contra.

javierlivas@infinitummail.com