Una serie de eventos… afortunados
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Una serie de eventos… afortunados
Llevamos solamente un par de semanas de enero, y ya comienzan a surgir las primeras buenas series del año. Realmente quedé encantada con lo que hizo Netflix al traer de vuelta al mundo audiovisual la historia de Daniel Handler que escribió bajo el seudónimo de Lemony Snicket, “Una Serie de Eventos Desafortunados”. Casi todos conocíamos esta historia porque se llevó a la pantalla grande en 2004 y porque fue protagonizada por Jim Carrey (¿quién no conoce las películas de Jim Carrey?). De hecho, el final de esta película dejó claro que habría una continuación de la historia, cosa que nunca sucedió. Ese fue un evento más desafortunado, pero esperemos que no vuelva a ocurrir ahora que se ha estrenado la serie.
Con una producción impecable, bella y armónica, Netflix estrenó los ocho episodios de la primera temporada. Quizá porque Daniel Handler (productor ejecutivo e incluso escritor de algunos episodios) tuvo una participación más cercana o porque alguien aprendió de los errores de la versión cinematográfica, “Una Serie de Eventos Desafortunados” consigue todo lo que se requería: frescura en su historia y en sus personajes, buen ritmo y referencias maravillosas.
La serie trata sobre los tres niños Baudelaire, Violet, Klaus y Sunny, quienes al morir sus padres en un misterioso incendio, son enviados a vivir con el pariente más “cercano”, el espantoso conde Olaf, que está ansioso por obtener la fortuna que heredará Violet al cumplir los 18 años.
La serie abarca los primeros cuatro libros narrados por Lemony Snicket, utilizando dos episodios para cada uno, lo cual significó un gran acierto en comparación con la película, que debió omitir detalles y anécdotas para condensar tres historias en dos horas. Se espera que la segunda temporada abarque los siguientes cinco libros, y la tercera y última, los cuatro libros finales. Ojalá y el compromiso esté sellado en piedra y con sangre, para que no nos quedemos nuevamente con otra adaptación incompleta.
Por lo pronto, podemos disfrutar cuantas veces queramos esta primera entrega, porque es grandiosa. Neil Patrick Harris ofrece una interpretación magnífica del conde Olaf y su grupo de teatro nos presenta a algunos de los personajes más bizarros y simpáticos de los últimos años. Pero a mi gusto, quien le da una relevancia muy especial a esta propuesta es Patrick Warburton, que con su carisma y su facilidad para la comedia negra, lleva a Lemony Snicket de un narrador a un personaje más de la trama… y a uno de los favoritos.
¿Qué más puedo añadir? La serie incluye el sentido del humor ácido y fresco de los libros, como el uso de palabras y sus significados durante todo el recorrido.
La música es excelente. El arte es hermoso y crea una atmósfera de nostalgia muy singular. Es una serie divertida, ingeniosa y frustrante a la vez. Se disfruta y también se sufre con la triste historia de los hermanos Baudelaire. Hay apariciones especiales que valen la pena (Will Arnett, Cobie Smulders, Joan Cusack, Catherine O’Hara y otros más…) y una historia general de conspiración que nos deja con ganas de saber más. No dejen de verla, por favor.
Mi calificación: 90 de 100. Mi Twitter: @CalladitaR