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Fue necesario esperar 33 años para que tuviéramos la oportunidad de ver una nueva versión de la icónica telenovela Cuna de Lobos. En los años 80 del siglo pasado, México entero se paralizó aquella noche en la que se transmitió el capítulo final de aquella historia oscura y escalofriante. Las calles lucían vacías porque todos querían conocer el destino final de los personajes que mantuvieron en suspenso al país.
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Una de las razones por las cuales Cuna de Lobos fue un éxito en aquel entonces, es porque se trataba de un tipo de producción que no se había visto antes. El público no tenía en el hogar más opciones de entretenimiento que la televisión y estaba acostumbrado a la historia de la muchacha, pobre y bellísima, que se casaba con un joven, millonario y guapísimo. Un cuento azucarado que tenía nada que ver con esta trama de asesinatos, robo de infantes, venganzas, traiciones y psicópatas.
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Fue tan grande el éxito de aquella historia de Carlos Olmos que llegó a ser considerada la telenovela mexicana más exitosa de todos los tiempos. Una producción de culto que nadie se atrevía a tocar para nuevas versiones. Ahora que la televisión tradicional vive la crisis más grande de su historia y la telenovela como producto de entretenimiento masivo ha muerto, se desprendieron de todo escrúpulo y se dieron a la tarea de hacer Cuna de Lobos 2019 con la española Paz Vega como protagonista.
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Y este es el primerísimo error de la nueva versión. Han colocado a Catalina Creel (el personaje que encarna Vega) como la protagonista absoluta de la historia. Es cierto que la desaparecida María Rubio hizo de este personaje, en 1986, la villana más recordada hasta el día de hoy. Pero Catalina Creel no era el centro de la trama, ni Leonora, ni los hermanos Larios. La historia completa giraba en torno a la maternidad y todos los personajes tenían un conflicto particular con este tema.
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Ahora Paz Vega, hermosa y de gran presencia internacional, ofrece una Catalina joven que es una verdadera bomba sexual quien parece cualquier cosa menos una loba defendiendo a su lobezno favorito. No es que “esté mal” que una mujer derroche sensualidad y sea dueña de su propio placer. Al contrario, ojalá más mujeres pudieran estar en contacto con esa parte de ellas mismas. Pero la prioridad de la señora Creel era la entronización de su hijo en el imperio familiar, no la cantidad de orgasmos que pudiera obtener de su cuñado o de otras fuentes.
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Por otra parte, el resto de los actores en esta nueva Cuna de Lobos no tienen la presencia e intensidad que se requiere para los personajes que interpretan. Leonora es ahora interpretada por una jovencita dulce quien jamás va a estar a la altura de la creación monumental que en su momento hizo Diana Bracho. Haber desaparecido al personaje de Vilma Larios también es un error catastrófico. Ahora Catalina Creel ¿a quién va a perforar el cojín de embarazo falso con el atizador de la chimenea?
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Ya sé que ahora en todas las historias debe haber parejas gay para que sean políticamente correctas y quizá sea un giro interesante y contemporáneo el hecho de que Alejandro Larios, el verdadero hijo de Catalina Creel, tenga novio. Pero mientras se supone que Alejandro es gay, el que más lo parece es José Carlos Larios. Además todos los actores jóvenes de esta nueva versión quieren estar tan a la moda que resultan idénticos: blancos, de pelo oscuro y barba cerrada. ¡A veces hasta provocan confusión! Mi pronóstico: dentro de algunos meses nadie va a acordarse de esta nueva versión. Conserven este comentario y lo comprobaremos más pronto de lo que imaginan.