Una ley muy ‘mariguana’
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Una ley muy ‘mariguana’
Esta propuesta de ley que pretende “reformar, adicionar y derogar diversas disposiciones de la Ley General de Salud… a fin de terminar con la criminalización del consumo de la mariguana… y autorizar su uso médico y científico” (VANGUARDIA abril/22/16) es una iniciativa tan general que tiene la bondad de ser iniciativa, pero la confusión de ser muy general.
Provoca una serie de preguntas que requieren respuestas muy específicas, ya que de otra manera será una nueva ley tan ambigua que su aplicación quedará en manos de la muy peligrosa interpretación discrecional de cada juez.
¿A quién se le permitirá traer 28 gramos de mariguana acicalados en 10 cigarros? ¿A cualquier persona mayor de 18 años… adicto o juguetón (“uso lúdico”, según la Suprema Corte de Justicia)? ¿Se va a requerir que presente un documento que lo declare “oficialmente mariguana, adicto o enfermo mental”?, y ¿ los “juguetones” no se sentirán discriminados en sus derechos humanos y se les tendrá que facilitar la misma cantidad… cada cuando… en donde la podrán adquirir… se instalarán locales de venta gubernamentales como Pemex (se le podría llamar “MOTAMEX”) para controlar el precio, o será venta al público y el precio sujeto a la “libre demanda” con sus indicadores de calidad de exportación?
Esta Ley tiene un “enfoque de prevención” ¿prevenir de qué? ¿De qué se multipliquen los mariguanos, de que la epidemia de la enfermedad mental no se multiplique? La venta y la facilidad de adquirir “la mota” será su mejor publicidad. La Secretaría de Salud se gastará millones de nuestros impuestos en spots preventivos de radio y televisión que nadie tomará en cuenta. La “nueva onda” será: ahora ya se puede fumar mariguana pues ya no está prohibido.
También tiene un “enfoque de salud”. ¿O sea que se va a conseguir la salud del enfermo mental proporcionándole una dosis semanaria de mariguana? Eso suena como si a un diabético le recetaran una dosis de azúcar, o a un alcohólico un fajonazo de mezcal tres veces al día.
Reconozco que la adicción a la mariguana es un problema de salud mental que hay que atender. Sin embargo, hay otros problemas de salud mental que deterioran a los mexicanos y sus familias de manera mil veces más grave que la mariguana y que debería atender el doctor José Narro y sus estrategas de Salubridad. Bastan los ejemplos de la epidemia de “depresión” que cobra 11 millones de víctimas de los “ninis”, más los millones de alcohólicos y los millones de fracasos escolares, conyugales y laborales; la epidemia de “enfermedades psicosomáticas”, que no se alivian con un churro ni una pomada de mariguana, y que está hundiendo el presupuesto de todos los hospitales de Salud Pública.
En la crisis que estamos sufriendo, esta ley no solamente no resuelve un problema que es menor, sino que sirve para distraer la preocupación efectiva y los pocos recursos disponibles de los problemas verdaderamente graves que están destruyendo la salud, la educación, la economía y el futuro de la familia mexicana.