Una caníbal genial
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Una caníbal genial
“Antes de que usted piense que se trata de una historia oscura e inquietante, le aclaro que se trata de un modo totalmente inesperado de comedia.”
1.- No cabe duda que el modo en que consumimos entretenimiento ha cambiado para siempre. Todavía podemos recordar aquellos tiempos cuando las personas decían “ya me tengo que ir a la casa, hoy es el último capítulo de la telenovela”. ¡Por piedad! Ahora el público en general ni siquiera sabe cuáles son las telenovelas que están al aire. Hace unos días me encontraba en casa de un amigo y él, por costumbre más que por otra cosa, encendió la enorme pantalla inteligente conectada a internet que ahora hace las veces de televisión. ¡Pero nadie de los presentes hizo caso a la programación! Estaba la pantalla encendida a medio volumen como si se tratara de música de fondo.
2.- En un momento dado, de manera intencional, me puse a ver el comportamiento de los presentes respecto a la televisión. Si cualquier productor de lo que antes conocíamos como El Canal de las Estrellas hubiera estado presente en casa de mi amigo esa tarde, se hubiera arrancado el pelo de la desesperación. Mientras la pantalla seguía encendida, todos conversaban aderezando la plática con imágenes y videos que obtenían de sus respectivos celulares. Incluso la misma conversación se veía interrumpida de vez en cuando al momento de que a alguien le llegaba un mensaje o llamada.
3.- Mientras tanto, la enorme pantalla seguía transmitiendo La rosa de Guadalupe. Si a cualquiera de los presentes yo le hubiera preguntado al finalizar el capítulo de qué se había tratado, nadie hubiera podido darme la respuesta. Después empezó la telenovela Vino el amor. Por cierto ¿sabe usted de qué se trata o quién actúa allí? Pues aquella tarde el único comentario que alguien atinó a decir fue “¡Mira! Es Gabriel Soto ¿no? Ya no trae los pelos tan amarillos…” para volver a ignorar la transmisión de inmediato. Esta anécdota es representativa de lo que sucede en todos lados frente a la televisión tradicional. ¡Imagine usted la gravedad del asunto!
4.- Es un hecho que los formatos tradicionales ya no funcionan en estos tiempos. Las personas queremos diversión en el momento y la cantidad que nosotros decidamos. El otro día en la mesa de un restauante con mi tableta electrónica conectada a internet me puse a ver en Netflix la película “La vida inmoral de la pareja ideal” protagonizada por Cecilia Suárez, la regiomontana Mariana Treviño y la española Paz Vega, dirigidas por Manolo Caro. Una historia tan contemporánea que hasta los diálogos de las escenas ambientadas en los años 80, cuando la pareja protagónica es adolescente, se sienten muy Siglo XXI. Aún así es una propuesta muy disfrutable.
5.- Esperando que la televisión tradicional siga haciendo los cambios pertinentes para adaptarse a los tiempos actuales y a propósito de Netflix, permítame hacerle otra recomendación. Acaban de estrenar a principios de este mes la primera temporada de una serie de humor negro a la que han titulado “Santa Clarita Diet”. Se trata del más reciente trabajo de Drew Barrymore en el que aparece como una vendedora de bienes raíces cuyo marido también es su compañero de trabajo. Ambos tienen una excelente relación y una hija adolescente. El gran giro de la histroria sucede cuando la madre descubre que sólo puede alimentarse de una sola cosa: ¡carne humana! Y antes de que usted piense que se trata de una historia oscura e inquietante, le aclaro que se trata de un modo totalmente inesperado de comedia.
6.- Drew Barrymore ha hecho una carrera larga, variada y espectacular. Desde niña inocente y tierna en E.T., el extraterrestre, pasando por la protagonista ideal de película romántica en El cantante de bodas, heroína de acción en “Los ángeles de Charlie” y la más oscura y decadente prima de Jackie Kennedy en Grey Gardens por mencionar sólo algunas de sus mejores interpretaciones. Ahora en “Santa Clarita Diet” está increíblemente simpática, haciendo gala de una gran energía al encarnar a una mujer muy actual: profesionista, juvenil, intensa y gran cómplice de su hija adolescente. En la vida real tiene dos hijas pequeñas, pero como mamá de una muchacha resulta muy creíble.
7.- Si en México fuéramos más relajados, los productores explorarían temas como el de “Santa Clarita Diet”. De entrada, pensar en una mujer que se la pasa comiendo carne humana, podría hacernos creer que se trata de una historia macabra en la que oscuros personajes sádicos y asesinos nos harán perder el sueño. Pero aunque esta serie es muy gráfica y los efectos especiales son asombrosamente realistas, la verdad es que la construcción de los personajes y las situaciones en las que se desenvuelven, hacen de “Santa Clarita Diet” una de las mejores y más recomendables propuestas del año. Sólo un consejo: si usted es de estómago delicado, no la vea mientras come.
¿Qué opina sobre la decadencia de la televisión tradicional? Escríbame en Twitter: @felixrivera333