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Una amenaza con elegancia: Infiniti 400 Sport
Christian Pérez Vega
El club de los chicos malos premium creció con la llegada d e Infiniti y su gama 400 Sport. Sin embargo, mantener la membresía de ese grupo no es fácil; hay que demostrar capacidad para transmitir altas dosis de adrenalina. Calidad, diseño, tecnología, seguridad... Todo eso se debe ostentar para codearse con los triunfantes deportivos de AMG, M, RS o Polestar.
Aclaración temprana: las versiones
400 Sport de Infiniti solo son una puerta de entrada al mundo de los premium de alto desempeño. Bien, pero lo anterior no le quita mérito a la estrategia desarrollada por la marca japonesa. Primero conocimos el sedán Q50 400 Sport, el cual sorprendió por su alta tecnología y deportividad; después, y con el lanzamiento del coupé Q60, llegó el Q60 400 Sport, el cual se arma con prácticamente todas las cualidades del sedán, pero con la ventaja de un corte de carrocería que acompaña con eficiencia la tecnología de punta, el dinamismo, la agilidad y el desempeño. O sea, es más ancho y corto; tiene una mejor distribución de peso, está mejor plantado y la rebaja de kilos transmite un manejo excepcional.
El camino por recorrer
A este Infiniti aún le faltan algunos elementos para llegar al nivel de emoción y brutalidad habitual en los alemanes. El trabajo en los motores y la transmisión (y algo de equipamiento) es el diferenciador más notorio. Sin embargo, el conductor tiene a su disposición una solución tecnológica que le permite elegir entre más de 300 configuraciones diferentes para el manejo. Este punto compensa, por lo pronto, la distancia que lo separa de las más altas cotas de refinamiento y sofisticación.
Y el poder del V6 de doble turbo está siempre allí: Logra 400 hp, 31 hp menos que el M4 y 33 hp más que el AMG C 43, lo que deja a este Q60 en una posición competitiva, y más con su precio (100 mil pesos más barato, aproximadamente, que el modelo de Mercedes-Benz y más de 500 que el de BMW).