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Un regalo violento

La Navidad ha finalizado y observo que la mayoría de los regalos que recibieron nuestros hijos están relacionados con la tecnología: Celulares, tabletas y videojuegos. Quiero hablar en esta columna de los videojuegos violentos que niños y adolescentes juegan y el impacto en sus conductas. La mayoría de estos videojuegos son para adultos (mayores de 18 años), pero niños a partir de los 10 años lo juegan. Y las razones que dan los padres para permitírselos es que los demás lo juegan y “no quiero que mi hijo sea excluido”. 

En los últimos 30 años, los videojuegos han tenido gran impacto en niños, adolescentes y hasta en los mismos adultos quienes pasan mucho de su tiempo en estos. La primera generación fuimos muchos de nosotros adultos, arriba de 50 años, cuando gracias al Atari jugamos al “Pong” que simulaba el juego de “ping pong” con dos rectángulos que eran las raquetas y un cuadrado pequeño que era la pelota. Posteriormente al “Pac-Man” cuyo objetivo era lograr escapar de un laberinto lleno de fantasmas. Una de las empresas gigantes, Nintendo, vendía un promedio de tres videojuegos por segundo entre 1983 y 1995. Según esta empresa logró ventas récord de un billón de videojuegos en 1995, que era igual a un videojuego por adolescente en el mundo. Los muchachos que tienen 30 años recuerdan el video juego más popular del Nintendo que fue “Super Mario Bros”. Otro juego muy popular en estos años fue el “Tetris”. A mediados de 1990 surgen los primeros videojuegos violentos como “Street Fighter” y “Mortal Combat” que tenían la modalidad del “Fatality” y era exterminar al contrincante como cortarles la cabeza o arrancarles la médula espinal o quemándolos vivos. Hoy los videojuegos son más violentos y sobre todo más reales. Uno de los grandes temores es que no brinquen de la violencia virtual a la vida real. 

A finales del año 1990 culparon a estos videojuegos agresivos del incremento de la violencia en diferentes escuelas secundarias y preparatorias de los Estados Unidos, culminando con la masacre ocurrida en la Preparatoria Columbine en Colorado en 1999. Los doctores Craig Anderson y Brad Bushman publicaron varios estudios donde afirman que la relación de la tecnología como la televisión o los videojuegos violentos, incrementan los pensamientos y conductas agresivas en niños y adolescentes. 

Hay una desensibilización en el dolor de la otra persona y un aumento en conductas de crueldad hacia los demás. Se convierte en una adicción y reacciones hostiles ante frustraciones o adversidades. Tengamos límites en el uso de este tipo de videojuegos y especialmente en niños que presentan conductas de impulsividad, ya que es más fácil que detonen conductas agresivas ante pequeñas adversidades. Además, tengamos cuidado en niños que desarrollen conductas antisociales como mayor aislamiento social.

@JesusAmayaGuerr