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Un plan nacional de linfomas para un diagnóstico correcto
La presencia de un bulto en el cuello puede deberse a causas muy diversas, como una mononucleosis infecciosa, una enfermedad reumatológica o, en el peor de los casos, un linfoma.
Al presentar una sintomatología similar no es posible determinar a simple vista el origen de la inflamación.
Un linfoma es un cáncer que se desarrolla en los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos con capacidad de reacción ante un antígeno (molécula extraña para el organismo). La inflamación de los ganglios linfáticos del cuello, de la axila o de la ingle es uno de los síntomas más comunes.
Los linfomas son el paradigma de enfermedad que puede curarse con quimioterapia, pero para ello es muy importante detectarlo a tiempo. Sin embargo, con frecuencia puede confundirse con otro tipo de enfermedades como, por ejemplo, una mononucleosis infecciosa. Según datos de la asociación de pacientes de Linfoma, Mieloma, Leucemia y Síndromes Mieloproliferativos (AEAL), cerca del 60% de los pacientes sufre un diagnóstico erróneo previo.
Por esta razón, el Grupo Oncológico para el Tratamiento y Estudio de Linfomas (GOTEL), formado por especialistas en linfomas de toda España, ha reclamado la creación de un plan que favorezca la detección de esta patología en fases tempranas, la formación específica de los profesionales y el reciclaje de conocimientos.
Propone que este plan incluya una serie de procedimientos normalizados de trabajo para el diagnóstico y el tratamiento de esta enfermedad, lo cual requiere la cooperación de múltiples disciplinas.
Difícil diagnóstico
Tal y como ha explicado el oncólogo Luis de la Cruz, la enfermedad se manifiesta frecuentemente con afectación de los ganglios linfáticos, que se encuentran en abdomen, ingle, pelvis, axilas, tórax y cuello, aunque también puede verse afectado un órgano concreto como, por ejemplo, el estómago.
El experto advierte de la importancia de realizar un seguimiento más estrecho y no catalogar directamente la presencia de ganglios inflamados como una enfermedad infecciosa que ha podido pasar sin antibióticos.
Si se sospecha de la existencia de un linfoma, debe realizarse un amplio diagnóstico diferencial (se identifica la enfermedad mediante la exclusión de otras posibles causas) con otro tipo de enfermedades virales o bacterianas e, incluso, enfermedades reumatológicas.
El diagnóstico de certeza adecuado se obtiene mediante anatomía patológica a partir de una biopsia de ganglio completo (se extrae el ganglio afectado para su análisis). “Es importante destaca que haya patólogos expertos en este tipo de enfermedades oncológicas para reducir el riesgo de error”. EFE