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Un pedacito de Saltillo viajará hasta el Vaticano
Saltillo, Coahuila. Que el Papa lleve el símbolo de Saltillo, significa mucho, por eso hacerle un sarape a su santidad se convirtió en una tradición para la familia de Pablo Esteban Mendoza Oyarzabal. Actualmente él es quien dirige la fábrica “El Sarape de Saltillo”, que ha pasado por tres generaciones y ha regalado sarapes a los Papas desde el año 1918.
En esta ocasión, será el Papa Francisco quien reciba un presente lleno de fe y devoción por parte de los mexicanos en su próxima visita al País.
Este sarape mide 1.30 metros de ancho por 1.95 de largo, lleva en la cenefa la flor del desierto que representa a Saltillo, los colores del vaticano amarillo y blanco y los colores de Argentina que son el azul y el blanco.
En las orillas está plasmada la bandera de México, las palabras son SS Francisco que significan su santidad y Vaticano 2013 ya que fue en ese año cuando fue elegido como Papa.
A los lados del diamante va la bandera de México, Argentina y del Vaticano. Este sarape está hecho de lana.
“Hay tradición. Desde el Papa Pío X, se han entregado sarapes de Saltillo de esta fábrica. Al papa Pío XII, mi abuela Dolores González se lo entregó personalmente en el vaticano y José Espiridión Zendejo, artesano de la fábrica, se lo dio al papa Juan Pablo II en su visita a Monterrey”.
Aunque a veces también han hecho sarapes para Papas por encargo, en esta ocasión es por cuestiones de tradición familiar y buscan entregarlo con ayuda del obispo Raúl Vera, a quien le solicitarán les facilite el ponerlo en las manos del Papa Francisco.
Si no llega a ser posible, debido a cuestiones de agenda, la familia espera poder viajar al Vaticano para entregarlo ellos mismos.
El sarape para el Papa Francisco esta hecho por el artesano Héctor Tamayo, experto en el arte de hacer sarapes. Además, David, otro artesano de la fábrica, le creó una estola para que el Papa pueda usarla en sus misas.
Pablo Esteban expresó que debido a que el sarape es un icono de la ciudad significa un orgullo que llegue hasta el Vaticano,
“Es un orgullo de la tradición familiar que siempre se mantenga, que alguien en la jerarquía católica tenga un sarape de Saltillo”.
Este sarape tardó 15 días en estar listo para que el Papa Francisco reciba en sus manos un pedacito de Saltillo.
Es un orgullo de la tradición familiar que siempre se mantenga, que alguien en la jerarquía católica tenga un sarape de Saltillo”.