Un país de mentiritas

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Un país de mentiritas

Gobernantes mexicanos y extranjeros demuestran que Borges tuvo razón al decir que cuando se acaben los Gobiernos, los políticos serán buenos cómicos

La competencia entre los presidentes de México y los Estados Unidos por ocupar el primer espacio de la necedad no ha logrado darle a ninguno de los dos la victoria. Donald Trump hace unos días declaró que probablemente abandone el Tratado de Libre Comercio con México y Canadá, mientras sus especialistas discuten el tema. Luego acabó con las aspiraciones de 800 mil “dreamers” sin más argumentación que la que le otorga su lengua. Tras amenazar a Corea del Norte con una guerra, declaró que nunca la atacaría. Dijo que no debieran escandalizarse porque el general Robert Lee fuese esclavista puesto que también George Washington tenía esclavos negros. Le han encontrado más de 100 mentiras e imprecisiones en los pocos meses de mandato.

Por nuestra parte, Enrique Peña Nieto ha abandonado las labores propias de su importantísimo cargo para ingresar en la farándula y emular a su esposa: de un día para otro el Presidente se hizo actor de telenovela. Aparece en muchos lugares con mucha gente que de alguna manera tiene algún elemento curioso en su vida, trabajo o estudio. Se hizo invitar por un niño que declara que “está aprendiendo a aprender, pero no a memorizar”. Prepararon muy bien al lepe porque tomó las palabras exactas de Aurelio Nuño y las repitió como perico. ¿No que no había que memorizar? No contento con estar emulando a la antigua actriz de telenovela, Angélica Rivera, también le hace la chamba a Trump. La expulsión del embajador de Corea del Norte es lo más absurdo que ha hecho después de haber invitado a Donald Trump a visitarlo. Cómo se ve que Videgaray tiene el cerebro volteado al revés. Nos estamos echando a un enemigo poderoso y loco como Kim Jong-un sin la menor necesidad. ¿Nos lo reconocerá el maniático racista del norte Donald Trump? ¡No! ¿Nos hemos colocado en el campo de tiro al blanco del coreano? ¡Sí!

Otro elemento a sumar en el anecdotario de la política nacional tiene relación con la enconada lucha en la Cámara de Diputados relacionada con la recomendación-imposición del Fiscal General Anticorrupción. Estuvo muy cerca de haberse salido con la suya Peña Nieto, que pretende dejar en ese puesto a quien le encubra sus tropelías. El Presidente muestra que tiene no pocas cosas qué esconder, también sus cercanos. Dejar un fiscal a modo que dure en el puesto hasta que los crímenes vayan cayendo en el olvido o prescriban es una muestra de cinismo y búsqueda de impunidad. Ayudó, quizás, el episodio tan asombroso que le sucedió al Procurador General de la República Raúl Cervantes: con un salario alto, pero no como para acumular lo suficiente para ello, compró un Ferrari de casi 4 millones, cosa que en sí ingresa dentro del campo de los milagros. Además, lo dio de alta en Morelos para evadir el pago de impuestos en la entidad en que reside. Añádale que la vivienda que dio como domicilio está abandonada e ¡increíble!, ha sido proporcionada por otros que también tienen Ferraris. Si resucitara Kafka y se enterara de esto, se declararía un pendejo. En efecto, la realidad mexicana derrota a cualquier relato de ficción. El recomendado por Peña Nieto para combatir la corrupción es… (póngale el adjetivo).

Jorge Luis Borges sugirió que cuando se acaben los Gobiernos por puro agotamiento los políticos tendrán que dedicarse a labores distintas: “algunos serán buenos cómicos”. Y, aunque entiendo la crueldad del sarcasmo borgeano, no lo asumo como posible para el caso mexicano. Ya desde ahorita son chistosos sin proponérselo.

Hace algunos años Carmen Aristegui entrevistó a Miguel de la Madrid. Ante una pregunta dijo que Carlos Salinas había participado en el narcotráfico. Quedó grabado en video y luego apareció en libro (lo tengo). Pero, de inmediato, la clase política, dígase Partido Revolucionario Institucional, pegó el grito en el cielo. Los mismos hijos de De la Madrid salieron a declarar que su padre había llegado a una edad provecta y ya no le funcionaba la mollera. ¿No le parece gracioso el episodio? “Mi papi tiene demencia senil… y todo lo que dijo es verdadero, menos lo de Salinas”. ¿Por qué será que Borges se ha adelantado a todo?