Un miércoles nevado ¿Era nieve?

Usted está aquí

Un miércoles nevado ¿Era nieve?

Chocaban revoloteando en el parabrisas.

Algunas quedaban embarradas. Eran pequeñas estrellitas, irregulares ya por el choque, de varios picos desiguales. Parecían insectos blanquecinos, en un revuelo caótico al avance del automóvil.

Por acá, a esta manera de nevar le llaman “grajear”. Aunque no. Eso más bien se aplica a las gotas congeladas de la helada. A las estalactitas traslúcidas que colgaban de las ramas las llaman “candelillas” Grajear y candelillar no es de nevadas sino de heladas. 

Estos diminutos copos caen en diagonal y quedan sobre la azotea un minuto. Después se derriten y desaparecen en la humedad.
A ratos, los copos eran mayores y se veían caer veloces tras los vidrios de la ventana. Solo en la sierra de Arteaga la nevada fue canadiense. Se alfombró la montaña con un nítido tapete inmaculado.

La gente se tomaba fotos de celular. Los puntos blancos de los copos diminutos en el cabello eran la novedad invernal. Buscaban captarlos para enviarlos, después, a correos electrónicos de amigos y parientes.

No pocos tomaron el rumbo de la sierra de Arteaga, atraídos por fotos, publicadas en Internet, de deslumbrante belleza. Por San Antonio de las Alazanas, el bosque nevado era un paisaje nórdico     de gran categoría.

En la ciudad fue nevada de probadita. En colonias del norte algo se blanqueó. Pero hubo emoción. Travesura. Alboroto regocijado. Hubo nieve sin nevada pero -en la sierra- la tormenta fue pródiga y dejó el recuerdo de su gélida blancura en un paisaje aterido, con los grados danzando alrededor del cero.

Lo que en New York y Washington se vivió como calamidad, en varios días de múltiples riesgos, acá fueron solo unas horas de sierra alfombrada de níveo tapete y una zona urbana salpicada de diminutos copos de deslumbrante esplendor microscópico.Las imágenes, captadas por muchas familias, quedaron para el recuerdo, junto con las de aquella nevada guadalupana en que un 12 de diciembre la invasión de blancura fue abundante y total.

 ...Una partícula de polvo se enamora de una  pequeña gota de agua y, de su unión nupcial, brota el copo fugaz, como minúscula parábola de la vida humana...