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‘Un Lugar En Silencio’, calma tensa y efectiva
Calificación: 8.6 de diez
Qué agradable experiencia es ver “Un Lugar En Silencio” (“A Quiet Place”) en el cine. No sólo es la primer gran cinta de terror de 2018, sino que es tan efectiva en su suspenso, que la sala entera se transforma precisamente en aquello que le da nombre a esta historia. La gente no quiere ni mascar palomitas, apenas y respira. Porque lo que transcurre en la pantalla casi no tiene sonido alguno, ya que de lo contrario la muerte sería inminente para los personajes. Esta cinta es un ejercicio impresionante para el director/actor John Krasinski, quien elabora una trama sencilla pero efectiva, que se siente al mismo tiempo clásica e innovadora, tomando elementos simples y humanos para transportarnos a un lugar de pesadilla y quizá poner de moda de nuevo las cintas de terror de monstruos-creaturas.
El filme se ubica en un mundo devastado por la invasión de peligrosos seres de origen desconocido. La gente sobreviviente vive al día, con el riesgo de ser asesinados de forma brutal en todo momento. Estas creaturas sanguinarias son ciegas, pero tienen un oído súper desarrollado, que hace que el mínimo ruido brusco los atraiga casi de forma instantánea a sus presas. Quienes quedan han desarrollado un sistema que involucra lenguaje de señas, andar descalzos sobre ciertos puntos con arena o comer en lechugas y sin utilizar cubiertos. La historia se enfoca en una familia, padre, madre y tres hijos, cuyos dramas personales afectarán el entorno hostil en el que viven y vice-versa. Su mayor misión: cuidar el uno del otro y hacer todo lo posible por seguir respirando al día siguiente.
Se dice que una buena pieza de arte debe tener algo de real, honesto y hasta autobiográfico. En un par de aspectos esta cinta es bastante literal. John Krasinski, director y protagonista, está casado en la vida real con Emily Blunt, quien interpreta a su mujer (creo que es la primera vez que trabajan juntos). Millicent Simmonds, la actriz que hace a su hija sorda, de verdad es sorda. Pequeños detalles curiosos que quizá de alguna manera ayudaron a las interpretaciones, que son bastante buenas, sobre todo considerando que la mayor parte del tiempo deben actuar sólo con sus rostros, como si de una cinta muda se tratara. Pero lo de verdad sobresaliente es la ejecución de una idea tan simple: el ruido como agente del miedo. Por sí sola la idea ya tiene todo para funcionar en cuanto al susto más básico se refiere, pero Krasinski hace mucho más que darnos una buena idea para una película de terror.
Ninguna cinta, sea del género que sea, funciona del todo si no hay personajes humanos bien construidos y una historia que los motive. La familia protagonista tiene un drama entrañable, cada personaje tiene sus frustraciones, sus miedos y sus dolores, que no vienen necesariamente de la amenaza sobrenatural que los rodea. Ese es el drama de la cinta. Muchas de las mejores películas de terror y ciencia ficción funcionan así: cuentan un aspecto humano y real, aderezado con elementos de fantasía que ayudan a acentuar o darle otro contexto al mismo. Tal vez el caso de “Un Lugar En Silencio” no es tan extremo ni filosófico, pero concuerda en el hecho de no descuidar a sus protagonistas, darles el espacio y peso que necesitan para que el peligro que corren sea importante para el espectador.
El peligro es donde está toda la magia. Desde que la cinta arranca se entiende la gravedad del asunto. Lo interesante es que no se dan mayores explicaciones de nada. Entramos justo en medio del conflicto cuando ya pasaron varios días desde que la humanidad fue diezmada. En los primeros minutos se utiliza con gran maestría uno de los puntos clave de toda gran obra cinematográfica: “show, don’t tell” (muestra, no digas), es decir, explicar cosas sólo por medio de las imágenes, no las palabras. Es decir: hacer uso al máximo de todas las cualidades de la imagen en movimiento.
Una vez establecida la dinámica, la obra se dedica a asustarnos. Crear ambientes en los que todo se sale de control, pues, como es lógico, es casi imposible que el día a día transcurra sin ningún sonido fuerte, aunque la familia sea una experta en ello. Las creaturas al principio casi no se ven, pero conforme avanzamos se vuelven más visibles, y aquí debería agregar que su diseño es bastante interesante, si bien no es nada fuera de lo común, ni es tan aterrador como podría. Dan más miedo los ruidos que hacen y todavía mejor: da más miedo la muerte misma que causan y las situaciones a las que someten a sus víctimas. Casi siempre seguimos a algún personaje, que hace un ruido y luego debe esconderse en silencio, cuando el monstruo en cuestión llega. Estas situaciones son sumamente tensas y están todas bien ejecutadas. El suspenso aquí se maneja con gran cuidado y precisión, aunque hay unas que son mejores que otras.
La película es un sencillo filme de horror, que usa los mínimos elementos para crear un miedo muy básico que ataca en el nivel más primario y nos regresa a un tiempo pasado de este género, al igual que le da nuevos bríos y nos demuestra que el terror clásico no ha perdido fuerza.
El dato
Director: John Krasinski.
Elenco: Emily Blunt, John Krasinski, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Cade Woodward.
Género: Terror.
Clasificación: B
Duración: 90 minutos