Un hombre llamado Caballo

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Un hombre llamado Caballo

Aquí se ha dicho en repetidas ocasiones que el alcalde de Parras, Jorge “Coco” Dávila Peña, le ha impuesto a los parrenses los peores funcionarios municipales posibles, muchos de ellos sacados de los bajos fondos, explotadores del vicio, dedicados al lenocinio, personajes truculentos para “servir” a la sociedad.

Y así lo señalamos en seis artículos publicados desde el 2015 a la fecha, que Joaquín Cortés Zavala, alias el “Caballo”, no tenía el perfil adecuado para ser encumbrado como funcionario público por los alcaldes Evaristo Madero Marcos y Jorge Dávila Peña en Parras de la Fuente.

Y cierto es que la frase “se los dije” es tan odiosa como el pretender ser un profeta de calamidades, mejor dicho, como un “agorero del desastre”, no se vaya luego a decir que el suscrito se anda arrogando la calidad de profeta, que nadie lo es en su tierra y que, lo mismo que el agorero, siempre son aborrecidos por los que detentan el poder.

Recordemos lo que decía el rey Acab, el marido de la terrible Jezabel, renegando del profeta Micaías: “Yo le aborrezco porque nunca me vaticina cosas buenas, siempre me predice el mal”. Y tres milenios después, algo similar pasaba en los tiempos del presidente Echeverría, moderno rey Acab del PRI autoritario, cuando algún periodista criticaba sus errores, de inmediato saltaban decenas de jilgueros a señalar al periodista como un “agorero del desastre”, un “emisario del pasado” o, de plano, como “ave de mal agüero”.

Y eso pasa con este columnista que a nivel local se ha convertido en agorero del desastre del régimen del Partido Verde en Parras, un “profeta” de calamidades para Evaristo Madero y el “Coco” Dávila, en cuyos Gobiernos corruptos no es necesario ser ave de mal agüero para vaticinar el fracaso y la degradación social de los zares del vicio en el poder.

Basta saber que el presupuesto anual se lo han prorrateado ediles, primeras damas, amasias, sacamantecas, bufones y aviadores de nóminas privadas, dejando al Pueblo Mágico sin obra, sin servicios y, el colmo de Paulino, sin alumbrado público, a pesar del DAP en cada recibo de CFE de los ciudadanos.

El peor de todos los Gobiernos de la historia de Parras será el de Jorge Dávila Peña, cuyo último escándalo de nota roja lo protagoniza el “Caballo”, asistente personal y surtidor de vicios y parrandas de este alcalde infantiloide.

Y es que el “Coco” Dávila es un cero a la izquierda en el Ayuntamiento de Parras, un títere manipulado por Evaristo, Paulino y el propio “Caballo”, que le han escamoteado el soporte de una personalidad pública independiente. Bueno, hasta la amasia de Evaristo, la “Jezabel” del próximo reinado, suplanta a este remedo de alcalde, cuyo apodo define plenamente su personalidad.

Aquí se le advirtió al “Coco” de los colaboradores que dañaban su imagen y varias veces mencionamos a Joaquín Cortés, mismo que convirtió a Jorge Dávila Peña en su animal de carga. Todo lo contrario a lo que sucedió en la famosa película con Richard Harris, “Un Hombre Llamado Caballo”, porque hoy el “Coco” es un animal que carga con el fracaso, el desprestigio, la ignominia y, sobre todo, con la responsabilidad política del desastre de Parras y, asimismo, con la sospecha general de que tanto él como Evaristo están ligados al crimen organizado.

Y aun así hay gente en Parras que los admira y glorifica por el hecho de ser ricos e intocables, es la podredumbre moral de la miseria humana en su máxima expresión. ¿Verdad, Aguardientina?