Usted está aquí
Un “Hallelujah” para Leonard Cohen
Cohen fue quizá uno de los artistas (¿cómo decirlo?) “más influyente y poco conocido” que existió. Siguiendo los pasos del más popular y aclamado Bob Dylan, lo llevó a crear memorables melodías y letras profundas para la posteridad. ¿Cuál fue el génesis de este genio de los versos?
Juventud e inicios
Tras haber crecido en un seno judío de la ciudad de Montreal en 1934, experimentó la muerte temprana de su padre a los nueve años. Su afición a la música lo llevó a tocar la guitarra para un grupo local llamado “The Buckskin Boys”, y su amor por la escritura, a ser un orador excepcional.
En los sesentas, decidió ganarse la vida como poeta en las Islas Hidra en Grecia. A diferencia de sus contemporáneos, Leonard llegó a publicar 4 libros de poesía y dos novelas completas antes de su álbum debut. Una de ellas fue su libro “Beautiful Losers” (Hermosos perdedores), considerado una de las mejores novelas modernas canadienses.
Etapa de escritor/poeta
En los sesentas, decidió ganarse la vida como poeta en las Islas Hidra en Grecia. A diferencia de sus contemporáneos, Leonard llegó a publicar 4 libros de poesía y dos novelas completas antes de su álbum debut. Una de ellas fue su libro “Beautiful Losers” (Hermosos perdedores), considerado una de las mejores novelas modernas canadienses.
Arranque como músico
En 1967, Cohen pensó que ganaría más dinero si escribía canciones. Por lo que la cantante Judy Collins impulsó su trabajo grabando la canción “Suzanne”. Ésta fue escrita para su amiga Suzanne Verdal, cuando ella le sirvió té en su casa junto al río, sin llegar a florecer ninguna relación amorosa entre ellos.
Su vida personal
Además de su encuentro efímero con Verdal, Cohen llegó a tener múltiples mujeres durante su vida. Una de ellas, otra Suzanne apellidada Elrod, quien dio luz a sus dos hijos: Adam y Lorca (en honor al poeta español). Fue muy sonado su conflicto con su representante, Kelly Lynch, quien le había robado durante casi 17 años. No fue sino hasta el año 2012, que la mujer fue condenada a prisión.
Reinventándose
Durante los ochentas, produjo un LP junto a Phil Spector donde Cohen optó por utilizar sintetizadores y bajar el tono de su voz. Su álbum “Im Your Man” se volvió un clásico con seis temas inolvidables que incluían “Take this Waltz”, adaptado de un poema de García Lorca.
Los años siguientes
Conforme la figura de Cohen fue cada vez más conocida dentro del mundo del espectáculo mediante sus canciones poéticas, el autor se inició en el budismo en los noventas. Después de sus pensamientos plasmados en “The Future”, se unió a la orden de mojes del abad Joshu Sasaki: quien fue acusado de “conducta sexual inapropiada”.
En sus últimos años, muchos libros se añadieron a su repertorio, junto a su imagen icónica con su fedora negra. Leonard Cohen se convirtió más que un poeta y un clásico de la cultura: fue un artista que el mismo Federico, seguro, le habría encantado conocer.
A continuación una de sus presentaciones más icónicas en vivo desde Dublin, Irlanda: