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Un estilo de vida saludable para combatir la demencia: OMS
El informe, titulado “Reducción del riesgo de declive cognitivo y demencia”, también se refiere al tratamiento para la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes como un elemento efectivo para retrasar la demencia. Por otra parte, la OMS tacha de inefectivas las vitaminas como la B y los suplementos como Omega-3 y antioxidantes.
La demencia afecta a unas 50 millones de personas en el mundo, y cada año se suman unos 10 millones de casos. Esta cifra se triplicará en 2050, según las estimaciones de la OMS, que indica en su informe que la demencia es una causa principal de dependencia y disapacidad entre los adultos mayores que puede destrozar las vidas de las personas afectadas, sus cuidadores y familiares.
“No hay un tratamiento para la demencia, pero la gestión de factores de riesgo modificables puede retrasar la progresión de la enfermedad”, escribe Ren Minghui, Director Asistente de la OMS, en el informe. “Como muchos de los factores de riesgo son los mismos que para otras enfermedades no contagiosas, las recomendaciones clave pueden integrarse de forma efectiva en programas para dejar de fumar, reducir el riesgo cardiovascular y mejorar la nutrición”, señala Minghui.
El informe incide en el hecho de que, aunque la edad es el factor de riesgo más conocido para el declive cognitivo, la demencia no es una consecuencia natural ni inevitable de envejecer. “Durante las dos últimas décadas, varios estudios han mostrado un vínculo entre el desarrollo de la incapacidad cognitiva y factores relacionados con el estilo de vida como la falta de ejercicio, consumo de tabaco y alcohol o dietas poco saludables”, apunta.
El informe destaca la actividad física y una dieta equilibrada como factores que pueden contribuir en gran medida al retraso del mal. Concretamente, la OMS se refiere a la dieta mediterránea, con su énfasis en aceite de oliva, platos poco procesados a base principalmente de vegetales y poca carne, como muy beneficiosa.
Aunque el informe valora las relaciones y el apoyo social como factores que contribuyen en gran medida a la salud del individuo, concluye que no hay pruebas suficientes que relacionen las relaciones sociales con un freno a la demencia.
De la misma manera, el informe indica que las pruebas de que el entrenamiento cognitivo que suele ofrecerse a los adultos mayores funcione de forma efectiva son "de muy bajas a bajas".
Carol Routledge, directora de investigación de Alzheimer’s Research UK, señaló que este informe clarifica lo que ya sabemos sobre los riesgos de padecer demencia. “La predisposición genética juega un rol importante en el riesgo de padecer enfermedades como el Alzheimer. Aunque no podemos cambiar los genes que heredamos, seguir las recomendaciones de este reporte puede inclinar la balanza a nuestro favor”, dijo en declaraciones a Science Media Centre.