Un domingo cualquiera

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Un domingo cualquiera

Tony Montana, personaje protagónico de la película “Scarface” fue interpretado en forma memorable por el actor Al Pacino, aunque su actuación no le valió premios relevantes. El guión del referido largometraje se concibió por el laureado director, guionista y productor cinematográfico Oliver Stone. En 1999 los dos neoyorquinos volvieron a hacer una extraordinaria dupla en la entrega “Un Domingo Cualquiera”. En esta ocasión Stone dirigió a Pacino, quien personifica a un entrenador de futbol americano profesional en riesgo de perder su trabajo y posición debido a una serie de derrotas consecutivas sufridas por su equipo y el desequilibrio emocional causado por conflictos familiares. Para el entrenador Tony D´Amato y sus jugadores, “Un Domingo Cualquiera” puede representar la consolidación del éxito o un significativo retroceso. 

Hoy en nuestra patria chica concluyen unas muy largas campañas políticas. Cercano se encuentra el domingo en el que las y los coahuilenses votaremos para renovar la gubernatura, las diputaciones locales y los ayuntamientos.  Atrás quedarán los dimes y diretes que aderezaron las precampañas y la asignación de candidatos en cada uno de los institutos políticos, la formación y disolución de alianzas entre partidos, la propaganda multicolor que tapizó la entidad, las denuncias y conferencias de prensa, las declaraciones y los eventos, así como los señalamientos y el lodo.  Todo se reduce a un domingo en el que habrá de ejercerse el derecho ciudadano de elegir por la vía democrática a nuestros representantes.  

Sería irresponsable tratar de hacer un balance general de las campañas en un espacio tan reducido. Sin embargo, botones bastan para muestra. Guillermo “Puro Chile” Anaya no logró conectar con el respetable. Aunque fue arropado por la cúpula mayor de su partido, sus apariciones pasaron sin pena ni gloria. Como si esto fuera poco, la oferta política presentada por el sonriente candidato resultó insuficiente. Aún así, el misógino favorito parece afianzarse en el segundo lugar de las preferencias. 

Muy, pero muy cerca de Memo, “El viejo del sombrerón” pavimenta el camino para que el mentado señor López pueda transitar con cierta comodidad por tierras coahuiltecas rumbo al 2018. Su función no ha sido otra y, sin embargo, Guadiana ha logrado crecer en las encuestas, arañando la posición que durante toda la campaña le ha correspondido al abanderado albiazul. Por su parte, a Javier Guerrero se le acabó el gas y después de haber convencido a no pocos coahuilenses de firmar para respaldar su candidatura independiente, no logrará contar la misma historia que el todavía Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez. Mary Telma Guajardo se sacudió la polilla ante la posibilidad de hacerle el caldo gordo al PAN y evitó una alianza entre el partido del Sol Azteca y los azules. Después de eso ha mostrado experiencia y solidez, lo que seguramente le redituará en votos suficientes para que el instituto político al que representa conserve sus prerrogativas. De José Ángel Pérez poco se puede decir; después de haber confundido a las y los coahuilenses con yeguas y caballos (por aquello del arre!), se unió al “Indómito” Guadiana, así sin tantita pena, dijera el Potrillo Fernández. Lucho Salinas realizó un loable esfuerzo, pero al final demostró que ante cualquier circunstancia vale la pena aplicar el dicho zapatero a tus zapatos. 

Aquí en confianza, tan sólo uno de los candidatos se dio a la tarea de presentar una oferta política integral desde el inicio de la campaña; recorrió los 38 municipios; signó mil y un compromisos en las diferentes regiones de la entidad; recibió el respaldo de las comisiones de presupuesto e infraestructura de la Cámara de Diputados para llevar a cabo un ambicioso programa de inversión pública, y se reunió con importantes personajes como Michael Reeves, presidente de Ports-to-Plains. 

Durante 60 días, la y los candidatos a la gubernatura tuvieron la oportunidad de mostrarse ante los electores. Después de hoy, el futuro de los próximos seis años para Coahuila está en nuestras manos. 

En la escena más representativa de “Un Domingo Cualquiera”, el entrenador arenga a sus jugadores diciéndoles que una pulgada puede significar la diferencia entre ganar o perder. Así, en esta contienda electoral un voto es la herramienta que abonará en la consolidación de nuestra grandeza o en un retroceso irremediable. “De nosotros depende; o aprendemos a pelear como equipo, o perdemos como individuos”, concluye su discurso D’Amato.