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Un día san Martín llegará a Coahuila
En la sesión del Congreso local celebrada el pasado 2 de marzo se discutió el dictamen relativo a la Cuenta Pública del año 2018. Votamos 12 diputados en contra y 13 a favor. Para apoyar la posición de los primeros, tres oradores hicimos uso de la palabra y ya no pudieron hacerlo otros compañeros legisladores porque al terminarse la primera ronda de oradores los contrarios votaron que el asunto estaba “suficientemente discutido”.
Lo anterior fue curioso porque ni uno de los 13 del “pro” se molestó en ir a la tribuna a explicar con argumentos, “aunque fueran falsos”, la posición que apoyaron. Pero declararon que el tema estaba suficientemente discutido.
Con tal motivo, en la sesión del pasado miércoles 11 de marzo, en el punto del orden del día denominado Pronunciamientos o Agenda Política, hice uso de la palabra para hacer notar lo grotesco que es decir que un asunto “se discutió” cuando en realidad no fue así. A continuación se transcriben algunos pasajes de lo que dije el miércoles en la tribuna del Congreso:
“Debe verse como lo más natural que la oposición impugne, cuestione, critique la forma como el gobierno administró los recursos públicos durante el año que está a discusión. Es decir, cómo se aplicaron éstos, si sus resultados fueron los óptimos, si fueron –o no– satisfactorios, si corresponden –o no– a políticas públicas acertadas, exitosas, bien diseñadas y mejor ejecutadas. Este es el papel de la oposición. Y desde luego argumentar y probar lo que señale. En un régimen democrático es lo que corresponde hacer a la auténtica oposición política.
“El problema es que en nuestro estado predomina en la esfera gubernamental una visión patrimonialista, de ejercicio autoritario del poder político y de los recursos públicos, de barbarie política, donde la legalidad se simula. Por eso es que el bando oficialista no está dispuesto, bajo ningún concepto, a debatir el tema del manejo de los recursos públicos porque sabe de cierto que el debate fácilmente puede derivar de la discusión de las políticas públicas en materia financiera hacia la gestión deshonesta, incorrecta, ilegal del dinero que los contribuyentes aportan para la prestación de los servicios públicos. Esto lo sabe perfectamente ese grupo y por eso no acepta la discusión.
“En resumen, como los diputados oficialistas (PRI, PRD y Morena) conciben el ejercicio gubernamental no como la gestión del bien común, sino como una especie de bandidaje organizado, es que rehúyen la discusión del tema.
“No me extrañaría que algunos de los que en la sesión del 2 de marzo guardaron ominoso silencio, pero votaron a favor de un dictamen tramposo, consideren que su estrategia política –consistente en no hablar y votar como por reflejo condicionado–, fue genial. Si así lo creen, están muy equivocados. Ignoran seguramente que el ciudadano, aparentemente pasivo, supuestamente desinformado, un día dirá: ¡basta! Y ese día puede estar muy cercano. Tan próximo como este 7 de junio, día de elecciones para renovar el Congreso.
“En los pueblos de España es muy conocido un sabio refrán que reza: ‘Tarde o temprano, a todo puerco le llega su San Martin’. Lo dicen porque es en la fiesta de este santo, el 11 de noviembre, cuando sacrifican a los cerdos para la comilona de la comunidad. Un día san Martín llegará a Coahuila.
“El problema es que mientras ese día llega, la política en nuestro estado se degrada cada vez más. Y el ciudadano, infortunadamente, por lo pronto, no distingue y considera que todos los que por estos caminos andan, son iguales”.