Un coloquio internacional

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Un coloquio internacional

Ilustración: alejandro medina

Del jueves al sábado tuvo lugar el Coloquio internacional del Noreste Mexicano y Texas en la Escuela de Ciencias Sociales, pero organizado por varias instituciones, tanto mexicanas como texanas. Este coloquio tuvo sus inicios en Saltillo hace ocho años. Ha tenido como sedes ciudades de Texas y del norte mexicano. Siempre fue muy serio, pero creo que éste es el que ha tenido los mejore aportes. Es normal que en congresos como este se cuelen algunos diletantes que abonen temas que todavía no dominan o de los que no tienen una investigación sensata. En el caso, considero que no hubo ninguna de bajo nivel.

Hay que destacar que los regiomontanos brillaron. Siempre ha sido difícil hacerlos participar. Monterrey tiene un dominio ideológico y temático imperioso. Sus universidades privadas han abonado a temas siempre económicos, técnicos, de apoyo a los millonarios. Sólo hace falta recordar que don Eugenio Garza Sada se opuso a que hubiese carreras humanísticas y le tenía pavor, en especial, a la Sociología. Es claro que la realidad dejó atrás a Garza Sada. Primero sus universidades (la de Monterrey y la Regiomontana) iniciaron tímidos acercamientos a las humanidades. Luego, el mismo Tecnológico superó sus rechazos. Ahora, las ponencias venidas de Nuevo León fueron serias, críticas, a veces atrevidas y muy bien elaboradas.

Algo parecido sucedió con Tamaulipas, que durante años se ha mantenido un poco ajena; sus aportes fueron muy originales y sólidos. Necesidad de mostrar datos ya muy elaborados. ¿Y los coahuilenses, y los texanos? Evidentemente tuvieron su lugar y no despreciable. También investigaciones originales, cuidadosas y basadas en búsquedas exhaustivas. De la Escuela de Ciencias Sociales hubo aportes de alumnos de muy buen nivel.

Por primera vez somos conscientes de que formamos un Noreste y que tenemos demasiadas cosas comunes, incluyendo en nuestro noreste a los texanos. Fuera de que Texas era parte fundamental de Coahuila, durante dos siglos, continúa, en cierto sentido, conservando mucho de mexicana. Se dice que en 2050 los texanos de origen mexicano o de habla española serán mayoría. Debemos preparar el escenario.

Me impresionó vivamente la diversidad de enfoques, métodos y temáticas. La muestra fue muy vasta, pero también concreta, quiero decir con ello que las mesas organizadas tenían coherencia: ocho ponentes con un tema, seis con otro. Total, si redondeamos, quedaba en el ambiente un sentimiento de haber aprendido cosas nuevas, bien elaboradas y que son el resultado de estudios que no pudieron haber sido obra de unos cuantos días, sino de meses de búsqueda.

Desde luego, es necesario destacar los aportes de personajes como Miguel Soto (UNAM), Cuauhtémoc Velasco (INAH), César Morado (UANL), Joaquín Rivaya (Universidad de Texas), y muchos más. Y no fue solamente su discurso sino sus presencias, puesto que en tres días se puede dialogar con quien te parezca más interesante o el que haya expuesto algo que te toca.

Quiero decir que presentamos los primeros cuatro tomos del Catálogo del Archivo Histórico Parroquial de Santiago, en Monclova. Esto es un avance del trabajo que muchos alumnos, bajo mi dirección, han podido realizar. Tenemos hasta ahora 80 mil fotografías de documentos, pero nos faltan todavía no menos de 70 mil. Los alumnos hicieron el trabajo bajo el formato de servicio social. En efecto, cada uno debe dar (regresar) a la sociedad 480 horas. Si se juntan resulta una cantidad enorme. Y si se trata de un proyecto concreto entonces brilla el resultado. Debo decir que hemos tenido poca ayuda de las instituciones.

Ese archivo tiene una información vastísima que no se restringe a lo religioso, sino que aporta datos de varios siglos y de muchos lugares. Santiago de la Monclova tenía un vicario foráneo, lo que significa que varias parroquias debían coordinarse con ella. Así, tenemos datos de lugares de Texas, de Nuevo León y de todo Coahuila. Creo que habrá que cambiar algunas de las “historias” que considerábamos como definitivas. Esto es bueno para el conocimiento del pasado (y del presente).