Un colectivo singular
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Un colectivo singular
En una Guadalajara muy calurosa para la época y teniendo como marco el Museo de Paleontología “Federico A. Solórzano Barreto”, se congregó un numeroso y diverso público para conmemorar el Día Mundial de la Tierra en el foro “Crisis Ambiental, Urgencia de Salud Pública”.
Nueve expositores compartieron temas globales y locales. Se ofreció a los asistentes datos en relación a la tala de árboles. Tal y como lo compartió el maestro Raúl López Velázquez, debemos preocuparnos de que México sea el tercer lugar mundial en temas de deforestación, y la ciudad de Guadalajara sea la primera en estos menesteres que sólo pueden explicarse por la falta de ética de las autoridades de los tres niveles de Gobierno y por una sociedad desinformada y pasiva.
La notable maestra Magda Briones –culta lagunera– fue muy inspiradora porque con un lenguaje simple pidió a los jóvenes presentes que no se desentendieran de sus responsabilidades con el planeta. Uno de ellos, al final del foro, instó a la concurrencia a ser cuidadosos con el consumo y citó la palabra solidaridad para que nos apropiáramos de ella y la practicáramos.
Algo muy destacable fue la participación de la doctora Mónica Abarca González, que señaló que la sociedad civil mexicana debería exigir gasolina de calidad y que no entendía cómo las refinerías mexicanas estaban al 40 por ciento de su productividad. Mucho recordé la magnitud de la contaminación ambiental y social que propicia la paraestatal Pemex en los territorios y comunidades cercanos a sus pozos de extracción de petróleo.
Lo que puso el acento emocional fue la presentación de un video en el que una bella niña, paciente de fibrosis quística, aparecía solfeando y luego interpretando un tema musical en el que compartía sus sueños. Cantar para un paciente como Mariana no resulta fácil porque se requiere de oxígeno suficiente para emitir la voz, y cuando los pulmones no están en buen estado, el oxígeno que pueden almacenar es poco.
El video que cité y las palabras de Ludivina Calderón Flores, directora general de la asociación local que apoya a los pacientes infantiles de fibrosis quística, sensibilizaron a la audiencia a quien le quedó claro que debe evitarse la contaminación atmosférica para que estos pequeños enfermos tengan una mejor calidad de vida.
Mario Gerardo Cervantes, presidente de la Red de Asociaciones de la Sociedad A.C., señaló que muchas asociaciones en México se reparten las migajas que ofrece el Gobierno Federal y por ello se inmovilizan.
Definitivamente fue una gran experiencia la que vivimos los espectadores. Había conocido a la mayor parte de los expositores del foro en una reunión en la que se acordó la creación de un colectivo que se dedicara a exponer las necesidades medioambientales de Guadalajara y su Área Metropolitana: urbanismo, hídricos y atmósfera.
Ya en Monterrey, desde el 2014, existe el Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire, y aunque los efectos de la mala calidad del aire se asocian a los problemas de salud, no lo lleva explícitamente en su nombre.
En cambio, el nombre de la asociación jalisciense que nació en el foro sí se vincula con la temática de la salud, lo que es magnífico en un momento en que el grueso de los habitantes de otras ciudades no consideran que una mala calidad del aire causa enfermedades.
El Colectivo Ambiente y Salud nace con grandes responsabilidades porque se integra de personas e instituciones prestigiadas que no requieren de los apoyos económicos de fondos federales, aunque su gran causa merece de la atención y el respeto de todos.