Un apretón monetario innecesario

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Un apretón monetario innecesario

Aunque entre muchos participantes en el mercado (inversionistas, analistas e instituciones financieras) se descontaba desde antes la inminente alza de la tasa de interés que confirmó el Banco de México en su reunión de política monetaria la semana pasada, medida aplaudida por un amplio segmento de analistas, existen otros que con mucha razón consideran precipitada la medida del banco central. 

Por lo general, lo que motiva a un banco central a restringir las condiciones monetarias provienen de tres diferentes fuentes: i) un aumento en la inflación; ii) un comportamiento desordenado en el tipo de cambio; y iii) las expectativas que se vayan formando entre los agentes económicos respecto a la trayectoria de los puntos anteriores.
En lo que toca a i) la inflación, se comentaba en este mismo espacio hace un par de semanas que el crecimiento en los precios viene desacelerándose a partir del inicio de año.

Durante enero la tasa de inflación anualizada fue del 5.55%, si bien aún por encima de la meta del banco central, si considerablemente menor respecto al 6.77% con el que cerró el año pasado.

Importante destacar que la inflación no subyacente -aquella que contabiliza los precios de los bienes y servicios más volátiles (frutas y verduras) y de aquellos provistos por el Gobierno-, la cual había sido la principal fuente de presión para el índice general, cedió considerablemente y bajó a 8.44% anualizada contra el 12.62% del cierre del año pasado.

En lo concerniente al ii) tipo de cambio, si bien es cierto que en los últimos días se ha observado una cotización un tanto volátil, también habría que señalar que lo ha sido en ambas direcciones.

Evidentemente el comportamiento del peso está supeditado a cualquier noticia que tenga que ver con la renegociación del TLCAN o bien, del humor con el que Trump quiera aventarse sus ocurrencias en los tuits. 

Es decir, dentro de las decisiones de los participantes en el mercado cambiario, no solo es el factor rentabilidad (tasa de interés) lo que juega con mayor peso, sino también el riesgo que implica el invertir su dinero en una moneda que se pueda ver afectada por la eliminación del acuerdo comercial.

En cuanto a iii) las expectativas de los agentes respecto al tipo de cambio futuro y la inflación esperada, sería este punto, y más específicamente lo que toca a la cotización peso-dólar que se prevé en el mediano plazo, el que cuente con mayor sustento para explicar la ansiedad del instituto que preside Alejandro Díaz de León por subir la tasa de referencia.

Sin embargo es en este mismo punto, en el cual radica el pecado y la misma penitencia que se habrá que pagar más delante. La crítica a la premura por elevar la tasa de interés, radica en que con esta alza, el mismo banco central se está metiendo a un callejón sin salida, ya que está haciendo uso de un espacio monetario que vaya a necesitar más adelante, si es que no desea provocar un brusco “frenón” en la actividad económica.

El punto es que será inevitable que durante las siguientes semanas, vuelvan a presentarse períodos de volatilidad que le peguen al tipo de cambio. Desde motivos internos, como las elecciones presidenciales y el probable despunte de AMLO en las preferencias electorales, hasta factores externos como la incertidumbre en torno a la continuidad del TLCAN, la reforma fiscal de EU y el inminente ciclo de alzas en tasas por parte de la Reserva Federal, provocarán periodos de volatilidad en el mercado cambiario en los próximas semanas.

Ante ello, contaríamos con escaso margen para reaccionar con apretones monetarios adicionales, ya que correríamos el riesgo de enfriar la actividad económica, al encarecerse las condiciones del crédito, afectando con ello el consumo de los hogares, la inversión privada e incrementando el costo financiero de la deuda pública. 

Con esas municiones, en términos de alzas en tasa de interés que BANXICO se está gastando ahorita, muy probablemente no pase mucho tiempo para arrepentirnos de haber hecho uso de ese arsenal, justo cuando la presión sobre el peso se intensifique y ello pueda descarrilar de nueva cuenta la trayectoria a la baja de la inflación.

El autor es catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila