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Un año con zika, el misterioso azote que afecta a Brasil
Gúbio Soares y Silvia Sardi no podían imaginar lo que desataría su pequeño comunicado del 29 de abril de 2015. Los investigadores de la Universidad Federal da Bahia en Salvador identificaron ese día en un paciente el virus del Zika hasta entonces desconocido en Brasil. Una imagen mostraba un vientre cubierto de pústulas rojas.
"El virus del Zika no es tan terrible como el dengue o el chikungunya. Los pacientes no mueren por su causa", subrayó Soares hace un año. En ese entonces no se sabía aún lo que el zika supone para los fetos antes de nacer.
En 1958 el mosquito de la fiebre amarilla Aedes aegypti ya estaba casi exterminado en el quinto país más grande del mundo. Pero en los últimos años se reprodujo a una velocidad impresionante. Muchos lo atribuyen al cambio climático.
El mosquito es también el principal transmisor del zika. Se estima que la superficie en la que hay mosquitos de este tipo creció en diez años de 1.5 a 6.9 millones de kilómetros cuadrados. Eso supone el 81 por ciento de la superficie del país.
La presidenta Dilma Rousseff incluso desplegó a unos 220,000 soldados para combatir al mosquito, pero varias regiones se quejan de la entrega demasiado lenta del insecticida necesario.
No será hasta la próxima temporada alta de mosquitos en aproximadamente medio año que se pueda comprobar el efecto que tuvo la ofensiva de fumigaciones y secado de superficies con agua, donde el insecto suele depositar sus huevos.
Hasta entonces, también se reforzarán los esfuerzos para la implementación de mosquitos manipulados genéticamente, con los que se pretende detener la reproducción de estos insectos. Además, investigadores de Estados Unidos y Brasil trabajan ya en una vacuna.
Sobre la expansión del zika sólo hay información imprecisa. La cifra de infecciones se estimó hasta ahora en Brasil en más de un millón. La cifra de contagios de dengue hasta Semana Santa de este año ya estaba en más de 495,000. En el mismo periodo del año pasado eran 337.000. Eso demuestra que los mosquitos están más activos.
Cuando en octubre quedó de manifiesto la vinculación entre las infecciones con zika en embarazadas y los casos de malformaciones en los cráneos de los bebés, los casos de la llamada microcefalia se empezaron a registrar sistemáticamente. Hasta abril la situación en Brasil era la siguiente: 1.113 casos confirmados de microcefalia. En 189 casos la madre se había infectado con el virus del Zika.
A mediados de abril los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos comunicaron en base a numerosos estudios que ahora está comprobado que el zika puede provocar malformaciones craneales. Se toma como valor indicativo una cabeza de un recién nacido que sea más pequeña de 32 centímetros. Pero el director de los CDC Tom Frieden subrayó que aún hay muchas preguntas sin responder. Sobre todo: ¿Con qué frecuencia y en quiénes un contagio con el virus genera microcefalia?
También el sexo es una vía de transmisión, lo que desató aún más temores. Por ejemplo: Un turista europeo se contagia en Brasil con zika pero no se da cuenta. El 80 por ciento de los casos no presenta síntomas claros como fiebre, pústulas o dolores de cabeza. De regreso a su país, su novia se embaraza. Por las dudas, el hombre se hace un análisis de zika. El llamado valor IGG es positivo, el valor IGM es negativo. La novia entra en pánico. ¿Existe peligro para el bebé? "En ese caso no es esperable una transmisión", destaca el virólogo Fernando Bozza del Instituto Fiocruz de Río de Janeiero. Y es que un valor IGG positivo significa que se trata de una infección "archivada", pero no vigente en la actualidad.
Cifras actuales sobre la microcefalia
El zika está haciendo que cada vez más turistas desistan de viajar al país que está a punto de albergar los Juegos Olímpicos. Para Brasil, que se encuentra en recesión, es un golpe duro. Los médicos informan de más abortos y las embarazadas apenas salen de sus casas. Pero sobre todo el zika es un peligro para los más pobres en el país con 200 millones de habitantes. El noreste es el más afectado. Y es justamente en las favelas, donde hay numerosos charcos y canales, donde más se reproducen los mosquitos.
"Un mosquito no puede ser más fuerte que un país", afirmó Rousseff. Pero el revuelo político actual y la posibilidad cada vez más real de que deba abandonar el cargo complican aún más la lucha, aun cuando ahora comience la fase en la que los mosquitos están menos activos.
Justamente por eso los organizadores de los Juegos Olímpicos en Río en agosto ven pocos riesgos. Pero es una carrera contra el tiempo. El zika ya se constató en más de 50 países. A principios de febrero la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el estado de emergencia global. Y a las embarazadas se les aconseja no viajar a países con zonas de riesgo como Brasil.
En este año hubo mucha información nueva, pero aún quedan muchas preguntas. Sobre todo: ¿Qué tan peligroso es el zika? Hallazgos recientes generaron preocupación: El zika puede llegar a afectar al sistema nervioso más de lo que se creía. Por ejemplo, pueden presentarse pérdidas de visión o de oído. A eso se suma la creciente aparición del síndrome de Guillain-Barré en hombres, un trastorno inmunitario que puede llevar a la muerte.
Aún hay muchos misterios y un largo camino por delante hasta el que zika pueda estar bajo control.