Umberto Eco: Adiós al sentido de las cosas

Usted está aquí

Umberto Eco: Adiós al sentido de las cosas

El semiólogo italiano Umberto Eco falleció la tarde de este viernes en Milán a los 84 años

Saltillo, Coahuila. Lo dijo el titular de La Republica: “Muere Umberto Eco, el hombre que lo sabía todo’. A los 84 años y víctima del cáncer, el llamado último humanista, abandonó la vida con la lucidez que a lo largo de su carrera depositó en distintos campos como la filosofía, la literatura, la lingüística, la estética, la moralidad y sobre todo la semiología.

Nació en la ciudad de Alessandria en 1932. Se doctoró en filosofía y letras en la Universidad de Turín y fue profesor de comunicación visual y semiótica en distintas universidades de Italia.

Fue miembro del Consejo de los Sabios de la Mesa del Consejo de la Unesco y fue doctor Honoris Causa por treinta y ocho universidades. Fue caballero de la Legión de Honor francesa entre muchos otros reconocimientos.
Tras el anuncio de su muerte la comunidad literaria y estudiosa expresó lamentación a nivel mundial sobre la pérdida que marca la tercer partida en la literatura esta semana tras la muerte de Harper Lee y Rosario Ferré. 

Además consideraba que una entrevista con el era una pérdida de tiempo, sin embargo con los periodistas llegó a manifestar su opinión sobre política, relaciones personale, el internet, la historiografía, el vigor intelectual de la vejez, y la decrepitud física.  

Eco estaba convencido de que, de haber existido el internet, Auschwitz jamás hubiera sucedido porque la noticia se hubiera vuelto viral rápidamente, sin embargo también es el espacio que le da voz a demasiados ‘idiotas’.
En junio de 2015 dijo para La Stampa declaró que “las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel”.

Sin embargo reconoció también durante un discurso en la Universidad de Turín que no todo es positivo o negativo, ya que el fenómeno de Twitter por ejemplo impulsó las situaciones por las que atraviesan China y Erdogan. 

En una de las últimas declaraciones que ofreció para la prensa dijo que las letras ayudan a entender cosas como las que pasan en sitios como Siria, Irak o cualquier situación en el mundo “porque no nos damos cuenta, pero contar historias es la forma principal de ver el mundo”. 

‘Pesebres y terrorismo’ fue la última columna que Umberto Eco en el Clarín el pasado 22 de enero. 
En ella mencionaba que los medios siempre piden la opinión de expertos sobre temas de actualidad aunque estos no son la verdadera solución para los problemas de la sociedad. 

Comentaba sobre cómo en algunas escuelas italianas se había desistido de la idea de montar pesebres para no ofender a los alumnos que no practican el cristianismo. 

Sin embargo para él, en el papel de esos conocedores a los que le piden opinión, sugería que en vez de dejar de hacerlo se designara un salón en específico para montar el pesebre en diciembre.

Este sería útil no sólo para celebrar la Navidad, sino para permitir a alumnos musulmanes, judíos o de cualquier otra religión crear sus montajes.

Esto con el fin de afrontar la discriminación y permitirle a los maestros una herramienta de dar a los alumnos lecciones sobre la cultura de las otras creencias espirituales. 

Sin embargo aseguró que los intelectuales proporciones todas las respuestas “es una forma de de evitar admitir que los políticos, los jefes de estado y lo generales tampoco tienen las respuestas.

“La gente que apela a los intelectuales ante las penurias de la vida, actúa como los católicos devotos que sólo ven a los santos”, es la fuerte frase con la que cierra el último legado libre sobre su lucidez para el mundo. 


Para conocer mejor el pensamiento de Eco su vasta producción literaria y artística son otra muestra de qué es lo que llevó al italiano a desarrollar una comunidad de seguidores tan grande que hoy lamentan su partida. 

Novelas

‘El nombre de la rosa’ - 1980 

Creadora del género thriller cultural, ésta novela también es histórica y policiaca. Se ambienta en la Edad Media y en ella se investigan los crímenes cometidos en una abadía del norte de Italia, donde existe una biblioteca gigantesca. Junto a ello, Eco explotar la herejía de los Fraticelli a través del monje franciscano Guillermo de Baskerville. 

‘El péndulo de Foucault’ (1988)

Novela de complot, esoterismo y magia ambientada en la actualidad (de aquel entonces) donde el pequeño juego que realiza en una novela Casaubon junto a dos colegas de una editorial en Milán, se transforma en una pesadilla tras ser tomado como cierto por círculos luciferinos. Es considerado un libro iniciático o quizá anti iniciático y anti esotérico debido a los matices satíricos de la trama.

‘El cementerio de Praga’ (2010)

Novela histórica publicada a la par que el escándalo de Wikileaks provocando cierta polémica por las similitudes de la ficción con la realidad. ‘Los cementerios’ narra la historia de espías y conspiradores cuyo argumento gira en torno al general Simonini quien adolece de doble personalidad contratado por los servicios secretos de varios países europeos

Ensayos

Tratado de semiótica general (1975)

Eco pretendió con este ensayo, establecer un tratado que definiera y construyera la ciencia de la semiótica, su terminología y sus contenidos, partiendo del concepto general en el que el mismo Saussure intuye cuál debe ser el fin de esta ciencia estableciendo sus propósitos y límites, y es hasta ahora el documento más serio y fundado para acometer este estudio. 

¿En qué creen los que no creen?  (1996)

Este ensayo es el resultado de un diálogo entre el cardenal de Milán Carlo María Martini y el filósofo cuando trabajaba en la Universidad de Bolonia. Este diálogo se dio gracias a la revista Liberal, que ideó el debate con el fin de que ambos abordaran un tema de discusión común entre laicos y católicos. 

La nueva Edad Media  (2013)

¿Estamos viviendo en una nueva Edad Media? En este libro, junto a otros tres teóricos,  Umberto Eco, destaca los paralelismos entre la Europa medieval y la sociedad contemporánea como la sensación de inseguridad, las sectas marginales, el carácter visual de la cultura, el principio de autoridad y el gusto por el formalismo en la reflexión intelectual.