Uber en Saltillo, ¿qué debemos esperar?

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Uber en Saltillo, ¿qué debemos esperar?

Cabría esperar una respuesta inteligente de parte de los gremios de taxistas,como que se incorporen las nuevas tecnologías a un servicio que es malo y caro

De acuerdo con lo expuesto por la empresa responsable de administrar el servicio de traslados conocido mundialmente como Uber y lo dicho por las autoridades municipales, todo se encuentra listo para que los representantes de dicha compañía; es decir, los propietarios de automóviles que deseen ofrecer sus servicios para transportar personas, comiencen a operar en Saltillo.

Suena romántico, de entrada, que a diferencia de lo ocurrido en muchas otras ciudades –y no sólo en nuestro País– los gremios de taxistas que actualmente operan en la ciudad vayan a recibir “con los brazos abiertos” a esta nueva competencia que, para empezar, no será obligada a cumplir con los mismos requisitos que ellos.

Habrá que esperar, casi con toda seguridad, alguna reacción de las dirigencias gremiales, pues los conductores afiliados a Uber lo que harán será arrebatarles una tajada del pastel que, según ellos mismos lo han dicho, ni siquiera alcanza para quienes ya prestan el servicio de taxis en la ciudad.

Habrá que esperar a ver qué pasa, por ejemplo, con los taxistas que prestan sus servicios en el aeropuerto Plan de Guadalupe y ver si no se registran los enfrentamientos que se han atestiguado en otras ciudades mexicanas entre los taxistas “formales” y los nuevos prestadores del servicio.

Pero más allá de las resistencias naturales de un gremio más o menos acostumbrado a imponerle condiciones a las autoridades –porque luego éstas piden favores políticos–, cabría esperar una respuesta inteligente de parte de los gremios de taxistas.

¿Qué implica una respuesta inteligente? Entre otras cosas, por ejemplo, que se incorporen las nuevas tecnologías a un servicio que hoy por hoy es malo y caro. En muchas ciudades de Latinoamérica los servicios ordinarios de taxis funcionan de manera similar a como lo hace Uber: mediante una aplicación que cualquier persona puede descargar en su teléfono móvil y le permite solicitar una unidad, conocer las características del auto que le recogerá, el nombre del conductor e incluso calcular el costo del servicio.

Cabría esperar que, como ocurre con el servicio de Uber y otras empresas similares, el servicio de un taxi “ordinario” pueda pagarse mediante una tarjeta de crédito o débito y no solamente con efectivo. En muchas ciudades del mundo, los taxis “normales” permiten a sus usuarios escoger entre una y otra opciones.

Cabría esperar, por supuesto, que los taxis “normales” se dispongan a competir con los nuevos jugadores del mercado en la calidad del servicio que prestan, así como en la limpieza y funcionalidad de las unidades que conducen y que representa una de las principales quejas de sus clientes.

Pero no solamente de parte de los taxistas cabría esperar reacciones inteligentes, sino también de las autoridades responsables de regular este servicio que, frente a la aparición de estas nuevas opciones, deben cuidar que no se conviertan en competidores desleales y que los actuales taxistas cuenten con las mismas oportunidades para ser competitivos.